Ficha película

Título:
Franky Banderas
Director:
José Luis García Sánchez
Intérpretes:
Raulito, Juan Luis Galiardo, María Barranco, Pablo Carbonell, Chiquito de la Calzada, Manuel Morón,
Calificación:
Crítica

Lo confieso, cuando fui a ver la película, me esperaba lo peor. Primero por los mimbres con los que se iba a hacer la cesta: mezclar a “Raulito” con Chiquito de la Calzada, se me antojaba por menos que insoportable. Personalmente disfruto mucho con las bromas del inefable cómico malagueño, pero reconozco que su faceta como actor, hasta ahora había dejado bastante que desear. Y ver cómo una estrella infantil como Raulito se lanzaba al cine alegremente, me daba verdadera grima, sobre todo al recordar el anterior trabajo de José Luis García Sánchez, ya que “La marcha verde” podría figurar en los anales del peor cine nacional e internacional. Pero cuál no fue mi sorpresa, cuando me encontré con un film irónico, inteligente y mucho más profundo de lo que pudiera pensarse. Incluso el mismo Chiquito está más contenido de lo habitual –verbigracia de García Sánchez-, cuando no nos regala un impagable y desternillante monólogo telefónico que encaja a la perfección en toda la trama del film, que recupera a toda la tradición picaresca del mejor cine español: un actor de segunda que sobrevive haciendo de payaso en fiestas infantiles descubre en un chavalín a una futura estrella de la música. Ayudado por su hijo, un singular cura que escribe música y por toda la familia del niño cantor, intentará convertir a Paquito en “Franky Banderas, el jilguero de Madrid”.
La mordaz y aguda capacidad de Azcona para retratar varias de las páginas más negras del cine español –concretamente, todas las películas “con niño cantor” de los años cincuenta y sesenta, con los referentes de Marisol y Joselito, entre otros- es verdaderamente prodigiosa, así como la lucidez a la hora de plasmar la avaricia de todos los que rodean al talento en una situación desesperada, luchando sin reglas por sacar su propia tajada al precio que cueste. Pero lo mejor de la historia, es la simbiosis entre la más delirante comedia y el toque de realismo social, presente en toda la historia, pero contenido en todo momento para no degenerar en una tragedia lacrimógena. Todavía son más sorprendentes los registros del propio “Raulito” y de Juan Valderrama –ambos inéditos en el cine- durante toda la película, en un nivel más que digno.
García Sánchez parece haber recuperado el norte y retomar la trilogía de “Suspiros de España (y Portugal)” y “Siempre hay un camino a la derecha”; ese componente de gran guiñol, recreando el esperpento de la España más “cañí”, ha matizado con gran puntería todas las tramas de un film con una sorprendente calidad. La próxima vez, que se cuide mucho más la promoción y la publicidad, para que no nos llamemos a engaños.


Federico Casado Reina



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