Ficha película

Título:
Seabiscuit
Director:
Gary Ross
Intérpretes:
: Jeff Bridges, Tobey Maguire Eddie Jones, Jeff Bridges, Elizabeth Banks, Chris Cooper, William H. M
Calificación:
Crítica

¿Nunca han tenido la impresión de haber visto una película cuando empiezan a suceder cosas previsibles, tópicas tales como un beso en el momento exacto, o los violines atronando cuando la chica y el chico protagonistas de la historia de amor se reencuentran después de veinte años? Desgraciadamente, cada vez sucede más eso, no sé si por falta de imaginación de los guionistas, por una falta de riesgo en los productores, o por una combinación de ambas cosas. Todo esto, está probado que funciona, y que nos emocionamos con una determinada música en un determinado momento, y que las imágenes que tienen que encajar son a cámara lenta, y con una fotografía determinada… pero ¿y si lo vemos veinte o treinta veces en la misma película? Pues sucede que paulatinamente, todo ello va perdiendo su “efecto motivador”, por muy bien que esté hecho; en el film que nos ocupa, está primorosamente realizado, con una banda sonora de Randy Newman, francamente preciosa, con unas interpretaciones excelentes y una realización ejemplar. El problema es que todo sucede “cuando tiene que suceder” y lo vemos venir de lejos.
Algunos pueden pensar que así es el cine, y seguramente tienen razón, pero se referirá al “cine de Hollywood”, ese que ha bebido de la manipulación “emotiva” y que aprovecha descaradamente cualquier historia trágica para trazar una parábola sobre el afán de superación que tan bien encaja en el “modo de vida americano”. “Seabiscuit” es una novela ambientada en plena depresión de 1930, en la que un caballo cojo, un vendedor de coches arruinado, un jockey medio tuerto, y un entrenador fracasado consiguen vencer y triunfar en todas las carreras de caballos más prestigiosas. El desmedido metraje de la cinta –más de tres horas- además examina la situación social, económica y laboral de los Estados Unidos en esos momentos, en los preámbulos de una nueva década que serviría para renovar muchas caducas estructuras del siglo pasado. O sea que todo está hecho para que surjan mil y un problemas que al final, como no podía ser de otra forma, se solucionen, triunfen todos y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Y la verdad, es que todo está muy bien hecho, las interpretaciones, la factura, la fotografía, la música… pero ya lo hemos visto infinidad de veces, aunque no sea con un caballo. Por eso, me preguntó porqué no se ha arriesgado un poco más este director, que ya satirizó de lo lindo a la sociedad norteamericana con “Pleasantville” y que ahora se ha convertido en un vástago clónico del más almibarado Frank Capra para ofrecernos cuarto y mitad de épicas “realizaciones personales” que después de mucho luchar contra los elementos y no tener apenas esperanzas, consiguen hacerse materializarse.


Federico Casado Reina



©2001. AndaluNet, Diseño y hospedaje de páginas Web