La inclasificable cinta que ha encumbrado a Sergi López como una de las más firmes promesas de la interpretación en el panorama cinematográfico europeo, es quizás una de las apuestas más estimulantes del pasado año: a caballo entre el "thriller", el film de Moll contiene una atípica destilación del más refinado humor negro que impregna todo el metraje de un film que contiene la interesante parábola de "cuidado con lo que deseas, porque podría convertirse en realidad".


Un matrimonio asfixiado por las deudas, por el tedio diario y la vida estresante de una gran ciudad decide trasladarse al campo para mejorar su modo de vida. Aún así, siguen las lastras típicas de la sociedad occidental, desde las hipotecas al más soberano hastío sentimental. Es entonces cuando aparece un antiguo amigo del marido, que intentará hacerlo feliz, literalmente, "al precio que sea", sin reparar en esfuerzo alguno y simplificando salvajemente cualquier factor de la ecuación que origine la felicidad. En la interesante disyuntiva argumental de "el fín justifica los medios", el soberbio guión del film deja entrever el famoso pacto que Fausto hizo con Lucifer, ofreciéndole todos sus mayores deseos... pero por los medios más insospechados y amorales.


Por ello, el film, a una soberbia corrección formal -incluyendo un montaje y un desarrollo ejemplares- hay que unir unas prodigiosas interpretaciones, donde destaca, invariablemente, Sergi López, en un registro ciertamente brillante, con elementos agridulces que hacen que el odio y la complicidad se forjen en el espectador. A todas luces imprescindible, un hálito de aire fresco para la maltrecha cartelera de estas fechas.