Ficha película

Título:
La mansión encantada
Director:
Rob Minkoff
Intérpretes:
Eddie Murphy, Jennifer Tilly, Terence Stamp, Nathaniel Parker, Wallace Shawn, Dina Spybey, Marsha Th
Calificación:
Crítica

El gigante Disney, busca desesperadamente volver a triunfar en la gran pantalla. Su enorme imperio se sostiene prácticamente con los parques temáticos y con las reposiciones en DVD de sus antiguos éxitos, amén del merchandising clásico de la casa. Pero la producción cinematográfica, tanto de animación como de ficción real no termina de cuajar –olvidándonos del ya roto acuerdo con Pixar para la producción de películas completamente digitales tales como “Toy Story” o “Buscando a Nemo”-. En esta tremenda vorágine donde han rodado cabezas por doquier entre los ejecutivos, parece haberse encontrado una luz de esperanza que puede salvarles de la quema: sus atracciones. Si los parques funcionan tan bien, y la gente disfruta tantísimo de las atracciones, llevémoslas a la gran pantalla, parece haberse dicho con muy buen juicio los capitostes de la empresa. Hicieron la prueba con “Piratas del Caribe”, logrando un film netamente comercial y dignamente llevado a cabo, y ahora han repetido el invento con “La mansión encantada”, otra de las atracciones-estrella de los parques Disney, tomando para ello al actor de risa fácil Eddie Murphy –que por cierto, también necesitaba un éxito como el comer para mantenerse en el candelero-. Y el resultado ha sido tan honesto como efectivo: con todas las justas –y comprensibles- limitaciones argumentales, la película es sencillamente un divertimento muy espectacularmente filmado, con buenas dosis de humor, el clásico sentido familiar Disney, y unos impresionantes efectos especiales –creados por Rick Baker, el escarizado maquillador de “Un hombre lobo americano en Londres-.
El punto de partida de la historia es ya conocido en la historia del cine, desde “Los Blandings ya tienen casa” hasta “Esta casa es una ruina”: un próspero padre de familia decide adquirir una mansión a las afueras de la gran ciudad, para que su familia disfrute del campo, encontrándose cuando llegan a la casa con una gran sorpresa, que en esta ocasión, además viene aderezada con gran número de fantasmas y siniestros sirvientes que acompañarán a los protagonistas. Mezclando elementos de “La familia Addams”, Eddie Murphy se encuentra en su salsa, sobreactuando a placer y casi convirtiéndose en un dibujo animado, cosa que resulta ideal para el film, proyectado desde un principio para hacer las delicias de los más pequeños, e incluso, originar un “merchandising” apropiado –con muñecos de fantasmas, maquetas, e incluso videojuegos-. Pero no hay que echarse las manos a la cabeza, porque la comercialidad y la espectacularidad, además de la reflexión y el sentido artístico, también son cine. Y este por lo menos, nace con la clara intención de no engañar a nadie y entretener livianamente.


Federico Casado Reina



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