Ficha película

Título:
Sin Control
Director:
Bob Misiorowski
Intérpretes:
Jean Claude Van Damme, Tomas Arana, Laura Harring, Susan Gibney, Lucy Jenner, Jessica Bowman, John B
Calificación:
Crítica

La clásica aseveración de que “los viejos rockeros nunca mueren”, casi se podría aplicar al actor belga de origen flamenco que protagoniza la película que nos ocupa, solo que en vez de ser en el terreno musical, en el subgénero del cine de acción. Las míticas figuras que en las pasadas décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado triunfaron con productos más espectaculares que de calidad –Schwarzenegger, Stallone, Steven Seagal y Jean Claude Van Damme, fundamentalmente- ahora han tenido que reciclarse obligatoriamente, sobre todo porque esos productos ya no tienen la misma rentabilidad. Ahora el “cine de acción” pasa por un impresionante diseño de producción –cuanto más estilizado y minimalista, mejor- y por unos efectos computerizados tipo “Matrix” que reinventan la realidad de las peleas -¡si Bruce Lee levantara la cabeza…!-. Con todo ello, los antaño “viejos héroes de acción” se han reciclado en senadores, coleccionistas de arte o gestores inmobiliarios…menos Van Damme, que sigue dale que te pego –nunca mejor dicho- intentando situarse nuevamente en el panorama cinematográfico internacional. El punto álgido del experto en artes marciales vino con sus colaboraciones con cineastas de Hong Kong –John Woo, Tsui Hark- y con su etapa americana mejor gestionada, en la que filmes como “Timecop”, “Soldado Universal” o “Muerte súbita” sin ser ninguna maravilla, cumplían de sobra todas las expectativas.
Pero ahora, a sus 43 años, le coge un poco de vuelta el hacer acrobacias y comportarse como un chavalín de 20, aunque la verdad es que el hombre lo intenta, aunque los resultados no sean los que se esperan: en la nueva semblanza del mundo, unos terroristas secuestran un tren lleno de pasajeros, y encima, coincide un tráfico ilegal de un virus para una guerra bacteriológica. Hala, toda la carne en el asador para que Van Damme demuestre que él solito –como le pasaba a Seagal en “Alerta máxima”- es capaz de acabar con el grupo de asesinos más peligrosos del mundo. La gran pena, es que los esfuerzos del actor no sirven para mucho en un film con un presupuesto muy limitado, que además se nota a la legua. Una precaria producción se une a una factura realmente tosca y a una dirección más que mediocre, demostrando que al Van Damme de las piruetas, de las imposibles aperturas de piernas en las aéreas patadas, se le ha pasado el arroz, y que ya ha perdido la forma, definitivamente. Es de justicia reconocer que el film no es tan malo como otros intentos anteriores –como “Replicant” o “Cyborg”-, pero también se las trae.


Federico Casado Reina



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