Ficha película

Título:
Thirteen
Director:
Catherine Hardwicke
Intérpretes:
Nikki Reed, Evan Rachel Wood, Holly Hunter, Jeremy Sisto, Deborah Unger, Kip Pardue, D.W. Moffett, B
Calificación:
Crítica

Muy alejada de las clásicas películas para adolescentes “made in Hollwyood”, nos llega esta crudísima reflexión del problemático paso de la niñez a la edad adulta a través de los ojos de una chica de trece años en la escuela secundaria, que empieza a descubrir todos los parámetros que ella cree adecuados para conseguir la aceptación, la integración en un mundo “adulto” presuntamente mejor y más “realista” que el ahora ella cree completamente estúpido, lleno de ositos de peluche y calcetines estampados. La autora del film y el guión –una curtida directora artística de filmes como “Vanilla Sky”, “Tres Reyes” o “Conspiración en la red”- tuvo la idea de esta cinta cuando vivió una relación con un hombre que tenía una hija adolescente de otro matrimonio, comenzando un muy problemático enfrentamiento con la niña, que posteriormente se convertiría su gran amiga, coguionista y coprotagonista de la película que nos ocupa, Nikki Reed.
A nivel audiovisual, el film hace gala de un gran ritmo, y utiliza tanto la técnica documental –con multitud de formatos cinematográficos, desde los 16 mm., hasta la cámara ralentizada o los colores amplificados- como cualquiera de los elementos de la corriente “Dogma” para mostrar una realidad tremenda: la de las crueles normas estéticas y sociales de unos pre-adultos que exigen de manera tajante el cumplimiento inexcusable de las mismas, so pena del ostracismo y el escarnio general –especialmente lucido es la aparición de un anuncio que sentencia “La belleza es la verdad”, así de duramente-. Hay que tener un estómago ciertamente curtido para ver esta lucha interna de personajes, no ya por las imágenes, que en más de una ocasión pueden resultar bastante embarazosas, sino por el atroz quebranto de la inocencia en pos de la supervivencia; dichos desaforados intentos pasan literalmente por lo que sea para ser la más “guay” de la clase, aquella con la que todos los chicos desean estar y que es envidiada por el resto de sus compañeras, que siguen siendo “niñas de guardería”. En esta sobrecogedora progresión en los adolescentes, vemos los coqueteos con las drogas, el robo, el salvajismo sexual o el enfrentamiento con los padres como fases de una falsa madurez, que a la postre se suele traducir en los peores resultados. Es una película valiente y despiadada, narrando en clave semi documental una complicada situación vital, con la multietiología de las relaciones personales, que todas influyen en ese inestable desarrollo adulto que condicionará la posterior personalidad del ser humano, en un contexto que cabe plantearnos si es el mejor que pueda existir; el de una sociedad –la norteamericana, exportada internacionalmente a los más jóvenes por la moda, la música y muchos medios de comunicación- imbuida por valores hedonistas, estéticos y económicos, sin misericordia alguna.


Federico Casado Reina



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