Ficha película

Título:
21 gramos
Director:
Alejandro González Iñárritu
Intérpretes:
Sean Penn, Naomi Watts, Benicio del Toro, Charlotte Gainsbourg, Melissa Leo, Clea Du Vall, Danny Hus
Calificación:
Crítica

Se supone –solo se supone- que el título de una obra, ya sea un disco, un libro, una película, o un cuadro, tiene que dar la pauta o la pista de lo que el autor ha querido transmitir en ese mensaje. Algunas veces, los títulos son meras explicaciones de lo que nos ofrecen y otras, son parábolas, símbolos o metáforas sobre el sentimiento general o idea de la obra. Lamentablemente, debido a la desgraciadamente famosa popularidad del mundo de las drogas, el título del film que nos ocupa puede llamarnos a engaño, porque no se trata de una película sobre el narcotráfico, ni sobre las adicciones, como pudiera suponerse. “Amores Perros” fue todo un revulsivo a nivel mundial, vislumbrando en enorme talento que un joven director mexicano, Alejandro González Iñárritu, tenía a la hora de manejar varias líneas narrativas dentro de la misma historia, haciéndolas converger y separarse cuando la progresión de los conflictos lo requería. Además el film lanzó internacionalmente a Gael García Bernal, un excelente actor que se ha convertido ya en todo un símbolo para la comunidad latina en todo el mundo. Pero los gramos a los que se refiere el director en esta película, tienen que ver con la búsqueda de un fin, de una causalidad en la vorágine de la vida, que parece evolucionar con los impulsos más azarosos que podamos imaginar. Un hombre enfermo que necesita un transplante de corazón, una viuda que ha perdido a su marido y sus hijos en un dramático accidente y como colofón, un exconvicto reformado y convertido en un fundamentalista católico. ¿Qué pueden tener en común? Igual que Robert Altman hacía coincidir en el mismo lugar –la ciudad de Los Angeles- a los más variopintos caracteres de “Vidas Cruzadas”, ahora González Iñárritu juega con los destinos y orígenes de cada uno de sus personajes, jugando con ellos como si se tratara de una partida de ajedrez, y cuyas acciones, provocarán una cadena de sucesos, originando un resultado inesperado. Para reforzar ese componente “aleatorio” de la historia, el director utiliza un poco gratuitamente el manejo más o menos arbitrario del tiempo cinematográfico, en un fútil pero muy vistoso ejercicio de montaje, que dota al film de un ritmo inusual, pero muy acertado. Esta negra reflexión sobre el peso que pierde todo ser humano al morir -21 gramos- o el peso de un colibrí -21 gramos- o lo que puede pesar la culpa o la venganza, está magistralmente interpretada por Del Toro, Watts y Penn, que dan un auténtico y sobrecogedor recital en cada secuencia, cargando dramáticamente una historia obsesiva y trufada de una negrura existencial considerable. La densidad y el calado dramático de la historia son tan abrumadores, que la simple adopción de motivo o un fin en la vida, parece ridículo, ya que todo puede depender de un segundo de distracción o de atención. Muy sombría y dura, pero igualmente excelente.


Federico Casado Reina



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