Ficha película

Título:
Looney Tunes: de nuevo en acción
Director:
Joe Dante
Intérpretes:
Brendan Fraser, Jenna Elfman, Steve Martin, Timothy Dalton, Heather Lockhear, Joan Cusack, y todos l
Calificación:
Crítica

En el duelo entre las dos tradicionales grandes productoras de animación –a las que actualmente tienen que unirse Pixar, creadora de la infografia de “Toy Story” o “Buscando a Nemo”, y Dreamworks- Warner siempre había tenido su feudo en la televisión y la Disney en el cine, seguramente por que el perfil gamberro y descerebrado –es la traducción literal de “loony”, que en español significa “chalado”, “chiflado”- es mucho más idóneo para la televisión. Pero ambas productoras colaboraron en un insólito proyecto, “¿Quién engañó a Roger Rabbit?” que mezclaba personajes, ilusiones e historias de ambas. Pero de un tiempo a esta parte, las tornas han cambiado lo suyo en el mundo de la animación: por un lado, ya no hay una “supremacía” de este género y estilo, sino que la “tarta” del espectador se reparte entre más productoras. “Space Jam” también fue un bombazo comercial, al unir a la superestrella Michael Jordan a los tradicionales personajes en un loco guión donde la conquista de unos extraterrestres al planeta tierra solo puede ser frenada con la ayuda de Bugs Bunny, Elmer el gruñón, el coyote y el Demonio de Tasmania.
Ahora se vuelven a traer a todos los personajes –que tantos millones han generado de beneficios en concepto de “merchandising”- para un guión que intenta acaparar el público infantil, y establecer una sátira cómplice con el espectador y todas las leyendas de la historia del cine, desde el cine de ciencia ficción, al de aventuras, sin olvidar el de los espías o la mitología propia de Hollywood, en un guión imaginativo en su arranque, pero que progresivamente se va deshinchando: un especialista y el pato Lucas, recién despedido por una nueva ejecutiva de los estudios Warner, tendrán que ir a Las Vegas para solucionar un conflicto supersecreto que implica a las famosas industrias “Acme” en el control de la humanidad, obligándola a consumir los productos de su marca. Técnicamente, la película adquiere un tono impecable, ya que la simbiosis de animación y acción real resulta perfecta, pero ¡ay!, me temo que en su intento de realizar un producto lo suficientemente comercial las gamberradas de los dibujos animados –habitualmente, salvajes y con mucha ironía- han dejado de serlo, comparándose con las más ñoñas e infantiles travesuras de los personajes más tontorrones de Disney –que por cierto, ya han sacado últimamente su mala leche-. Y en cuanto a su protagonista, Brendan Fraser, uno ya duda de quién es el dibujo animado y quién es la persona real, debido a todo el repertorio de muecas, gestos y acrobacias, que dejan en pañales a cualquier dibujo animado.


Federico Casado Reina



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