Ficha película

Título:
Cabin Fever
Director:
Eli Roth
Intérpretes:
Rider Strong, Jordan Ladd, Joey Kern, Cetrina Vincent, James DeBello, Arie Verveen, Giuseppe Andrews
Calificación:
Crítica

Lo peor que le puede pasar a un creador, a un artista, es quedarse en una serie de “modelos de referencia” y no hacer evolucionar su expresión propia de manera original, plagiando –generalmente de forma bastante burda- todos éxitos ya sean literarios, musicales y por supuesto, cinematográficos. Cuando un adolescente cortometrajista con muchas ganas, sale de la escuela de cine, intenta exponer su propia visión del mundo, emocionado y homenajeando a sus grandes pilares –Orson Welles, Stanley Kubrick o John Huston- intentando llegar más allá en sus géneros favoritos. Pero muchos son los llamados y pocos los elegidos, con lo que la mayoría de filmes se quedan en un producto que hay que mirar condescendientemente para no despedazarlo, y que contiene una buena parte de inocente intención de agradar al precio que sea. El problema es cuando eso mismo, lo hace no ya un adolescente, sino un cineasta más o menos curtido, sobrepasando la treintena, e intentando replicar los éxitos taquilleros de la última –y peor- hornada de películas de terror para colegiales de instituto made in U.S.A.: por si no teníamos suficiente con “Sé lo que hicisteis el último verano”, “Scream” y sus sátiras como “Scary Movie”, ahora un director de dibujos animados de televisión se ha pensado que puede reinventarse el éxito de “La bruja de Blair”, sólo que sin bruja, sin sustos y con un guión que además de provocar las más estentóreas carcajadas por lo tópico, previsible y burdo, resulta insultantemente facilón: un grupo de adolescentes llega de vacaciones a una cabaña de un bosque, rodeados de todo tipo de extraños vecinos y lugareños, respirando la tragedia que está por venir en forma de un desagradable virus que va arrancando –literalmente- la piel de los enfermos y que se va a contagiar en forma de una especie de “justo castigo” a los insolentes e inconscientes niñatos que pasan de todo.
A la memoria nos vienen mil y una películas –desde “Posesión infernal” hasta “La noche de los Muertos vivientes”- que han sido, literalmente, plagiadas en este verdadero espanto de película, que no provoca miedo intencionadamente en el espectador, sino que lo hace por lo pésimo de todos sus elementos, empezando por unos actores que tienen poco de ello, una historia sin interés alguno, y que para guinda, intenta tener un sentido moral, “trascendente y reflexivo” para toda la juventud que, presuntamente, llenará las salas para ver dicho engendro. Y lo peor, es que, encima, el cine norteamericano exporte este tipo de cintas –culturalmente centradas en una adolescencia muy determinada- al extranjero para que podamos “disfrutar” de ellas, en detrimento de otros muchos productos no americanos de muchísimo mayor interés.


Federico Casado Reina



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