Ficha película

Título:
La maldición (The grudge)
Director:
Takashi Shimizu
Intérpretes:
Okina Megumi, Nishina Rika, Ito Misaki, Uehara Misa, Ichikawa Yui
Calificación:
Crítica

Aunque pudiera no parecerlo, los dos géneros más complejos del mundo del cine son la comedia y el terror. Y lo son, porque la fórmula es mucho más fácil de romperse y caer en el más estrepitoso ridículo: recordemos, por ejemplo, la secuencia de la niña poseída en “El exorcista”, en la que una vuelta de tuerca más a la interpretación, el guión o el sonido, podría cambiar un momento sobrecogedor y espeluznante, en una sonora carcajada, tomándonos a guasa el caldo verdoso que sale de la boca de la chica. El cine occidental ha ofrecido auténticas obras maestras del cine terrorífico, desde el estremecedor “Nosferatu” de Murnau –que conseguía provocar miedo con imágenes en blanco y negro y mudas- hasta “El resplandor” de Kubrick –donde se mezclaba la psicopatía con el más allá-. Por eso, cuando a estas alturas nos intentan engañar y asustar con unos medios mucho más toscos, más rudimentarios y casi tan infantiles como el famoso “tren de la bruja”, no tenemos por menos que reírnos, quitarle la escoba a la bruja, y darle de escobazos al director y guionista de este verdadero engendro, que si uno se lo toma en serio, puede provocar una verdadera depresión; ahora, eso si, visto con ánimo festivo, se lo puede uno pasar pipa con las ridículas secuencias llenas de las mayores tonterías jamás vistas en la historia del cine.


El presuntamente “original” planteamiento –visto millones de veces en el mundo del cine- sitúa la acción alrededor de una casa maldita en la que han muerto varias familias, y donde “el mal” –¡ahí queda eso!- pervive durante generaciones y se manifiesta a todos los que llegan al lugar. No es ya por la aparición de los “espíritus” –que son de verdadero circo-, ni por los “sustos” planteados –que no asustan ni a los niños, que por cierto, disfrutaron de lo lindo y se rieron lo suyo en la proyección a la que asistí-, ni siquiera por las funestas interpretaciones de los actores, probablemente los peores de Japón y casi de los peores del planeta, sino por tomar al espectador por ingenuo por lo que me molesta tanto este film, que merece figurar en la primera posición en una antología de peores películas de la historia del cine. La narración está hecha a lo bruto, sin ningún tipo de correlación, el ritmo es completamente desigual, la dirección es penosa, la factura es peor que la de cualquier cortometraje aficionado… una verdadera locura. Lo que me parece realmente paradójico es que este film haya sido todo un éxito en su país y que ya haya sido comprado por Sam Raimi –que encima, ha dicho que “ha sido la película que más miedo le ha dado jamás”- para hacer un “remake” en Estados Unidos. Para colmo, creo que es la única vez en mi vida en la que, tras la película, le ponen a uno el trayler de la segunda parte, para animar al público. Si este es el cine de miedo que tanta fama tiene en oriente… yo sinceramente, me quedo para siempre con el occidental. O igual será que yo no lo entiendo, como no soy japonés…


Federico Casado Reina



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