Ficha película

Título:
Alien, el 8º pasajero
Director:
Ridley Scott
Intérpretes:
Sigourney Weaver, Tom Skerrit, John Hurt, Veronica Cartwright, Harry Dean Stanton, Yaphett Kotto, Ia
Calificación:
Crítica

Estamos hablando no sólo de una de las mejores películas de terror de la historia del cine, sino de un cúmulo de casualidades que originaron el mito que este film supone para la ciencia ficción y el miedo cinematográfico. Sabido ya que el director originario para el film no era Scott, sino Walter Hill –que también la produjo-, que hubo una lucha sin cuartel para que H.R. Giger para que suavizar la forma del alienígena –explícitamente sexual- o que la actriz protagonista no era la casi debutante Sigourney Weaver, sino la curtida en el teatro londinense Veronica Cartwright –que interpreta a la otra chica de la tripulación-, todas estas anécdotas quedan empequeñecidas cuando se vuelve a contemplar esta obra de arte cinematográfica en la gran pantalla, comprobando que todas las sensaciones que desde un principio ha provocado este film, continuan intactas, y que por muchas veces que la hayamos visto en video o DVD, merece la pena asomarse a una sala para verse inmerso en el viaje que la nave espacial de transporte “Nostromo” tiene que realizar con un pasajero nada agradable, y que está dispuesto a eliminar a toda la tripulación para sobrevivir: un singular alienígena con ácido como sangre y una agresividad fuera de lo común.
Con películas como esta se puede comprobar cómo la imaginación de todo un equipo puede suplir el presupuesto o los deslumbrantes efectos especiales; los pocos que hay en el film se supeditan a una historia original, arrebatadora, que consigue mantener la tensión a cada fotograma, logrando pegar al espectador en su butaca hasta el final de la historia, cuando por fin podemos respirar… ¿tranquilos? La maestria de un casi debutante Ridley Scott –“Alien” fue su segunda película- sigue dejándonos sorprendidos, al utilizar con una eficacia simpar todos los elementos más clásicos del género terrorífico. Prescisamente la originalidad en este film consiste en no saber ni por donde, ni cuando, ni el aspecto que tendrá el monstruo extraterrestre que va a saltarnos encima a comernos vivos. Si alguien tenía la concepción romántica del marcianito tierno de “E.T.”, desde luego, tras ver este film se le va a borrar dicha imagen de la imaginación –de hecho, en la segunda parte de esta rentable “franquicia”, dirigida por James Cameron, una niña decía que los monstruos si que existían, como en los cuentos-. Aunque las secuencias adicionales –completamente olvidables- o la digitalización y optimización de la imagen y el contenido no sean argumentos demasiado importantes para volver al cine, lo que si es un argumento imbatible es ver en la gran pantalla una de las mejores películas de todos los tiempos, que consigue con creces y con muy pocos elementos realizar la mejor antología del miedo en el cine, y demostrando que lo que realmente nos da miedo, no es lo que vemos, sino lo que imaginamos…


Federico Casado Reina



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