Ficha película

Título:
Buen viaje, Excelencia
Director:
Albert Boadella
Intérpretes:
Ramón Fontseré, Minnie Marx, Pilar Sáenz, Xavier Boada, Jesús Angelet, Saturnino García, Luis Cuenca
Calificación:
Crítica

La provocación ha sido siempre la gran arma de la que el grupo teatral Els Joglars se ha valido para provocar reacciones en el público, creando verdaderas obras de arte escénico, tan creativas como innovadoras. Pero en este momento, independientemente de las controversias que pueda suscitar la primera película de Albert Boadella en la dirección y el guión, queda por preguntarnos ¿se adecua dicha creatividad teatral al cine? ¿Se pueden equiparar, cuando no adaptar dichos recursos? A pesar de los denodados esfuerzos para que el esperpento y el histrión formen parte de la historia satirizada de los últimos años de vida de Franco, no se ha conseguido. Si bien es cierto que algunas bromas pueden resultar divertidas en un principio, el uso repetido de varios recursos completamente extracinematográficos –excesiva gesticulación, extremismo en los personajes, así como lecturas demasiado simplistas y frívolas- al final termina conformando una especie de guiñol desastrado que llega a aburrir por la poca falta de recursos y evolución dramática; los personajes son de verdadero cartón piedra –y aunque lo hubieran sido en la realidad, cinematográficamente han de tener una cierta evolución argumental- y las rocambolescas situacionees parecen sacadas de una opereta barata.
Estamos en 1974, en la que un senil Francisco Franco intenta mantener su puesto de dictador de España, a pesar de que su precaria salud física y psíquica. Asistiremos a todos los esfuerzos médicos, militares y políticos por mantener el “statu quo” al precio que sea, mientras que a la vez la sociedad española va evolucionando hacia la mitad de los setenta y a un nuevo orden social. Boadella, que se ha tomado su primera película como “una catarsis” –en sus propias palabras- abusa de muchos tópicos a lo largo de toda la historia, llegando a sonar ridículos muchos personajes, con un gran bache argumental en el segundo acto que llega a resultar completamente aburrido. El gran problema del film –de todo el grupo teatral, que figura como “autor” del “montaje” y del propio Boadella como director- es haber confiado en su sentido “artístico” –más bien teatral- narrativo para articular una película, intentando infructuosamente el trasvase de narrativa escénica a la gran pantalla, fracasando lamentablemente, como lo han hecho todas las experiencias venidas de las tablas que intentan reflejar lo mismo en el celuloide: cuando cambian los códigos, las claves y el lenguaje, han de cambiarse muchas reglas dramáticas y narrativas, para provocar el mismo impacto que de seguro habría tenido la obra teatral basada en esta misma historia, y que de seguro no habría chirriado tanto, porque el esperpento habría funcionado. Seguramente si le hubieran preguntado al gran maestro de este lenguaje en cine, el genial Luis García Berlanga, otro gallo les habría cantado.


Federico Casado Reina



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