Ficha película

Título:
El buen ladrón
Director:
Neil Jordan
Intérpretes:
Nick Nolte, Nutsa Kukhianidze, Ouassini Embarek, Marc Lavoine, Tcheky Karyo, Gérard Darmon, Saïd Tag
Calificación:
Crítica

Sinceramente, yo me quedo perplejo cuando pasan estas cosas. Cuando un realizador empieza una carrera como contador de historias, ya venga del cortometraje, del guión, de la literatura, o incluso del teatro, se ha de tener una cierta condescendencia a la hora de juzgar un primer trabajo, obviando una serie de errores de principantes, e incluso justificando otras faltas narrativas, para primar la originalidad y el riesgo a la hora de definir un estilo. Pero cuando, tras demostrar con más de diez películas dirigidas su capacidad como director, se falla tan estrepitosamente, uno no sábe para donde tirar, máxime cuando es un proyecto personal e íntimo. El mismo curtido director irlandés que nos maravilló con “Mona Lisa”, que nos deslumbró con “En compañía de lobos”, que realizó una más que honrosa adaptación del libro “Entrevista con el vampiro” y que llevó a la pantalla uno de las novelas más bonitas de Graham Greene con “El fin del romance”, ahora se ha puesto a correr para atrás como los cangrejos, en un incomprensible y zafio registro narrativo para intentar contar, atolondradamente, una historia tan simplona como mal estructurada: un veterano ladrón mitad americano y mitad francés, planea dar el gran golpe de su vida, para lo cual reúne a un particular equipo que va desde un travesti culturista a un fogoso italiano que mantiene una singular relación con una bella adolescente rusa ilegal.
Lo que podría haber sido una cómplice revisión a un entrañable ladronzuelo –casi abuelete- maduro y la consecución de un equipo para dar “el golpe de su vida”, como muy bien hizo Soderbergh en “Ocean’s eleven” se convierte en un film prácticamente incomprensible, de ritmo nulo y diálogos tópicos. El problema, es que basándose en una excelente película de Jean Pierre Mellville de 1955, intenta actualizar todos los elementos del “thriller” europeo, pero sin lograrlo, y copiando de la forma más burda excelentes incursiones en este género, como muy bien hizo Mike Figgis con “Lunes Tormentoso”. Si además tenemos en cuenta los fallidos intentos de incluir un lenguaje “novedoso” con un montaje abrupto –que más parece un error técnico, que un intento “creativo” de narración- entonces nos encontramos con un producto que ni siquiera en el chauvinista mercado galo tiene cabida, por muy bien que el “chico malo” de Hollywood, Nick Nolte se haya esforzado –que lo ha hecho- en componer un personaje denso, lleno de registros y matices. ¿Es que a Neil Jordan se le ha olvidado hacer cine?


Federico Casado Reina



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