Ficha película

Título:
Negocios Sucios
Director:
Ronny Yu
Intérpretes:
Samuel L. Jackson, Robert Carlyle, Rhys Ifans, Emily Mortimer, Sean Pertwee, Meat Loaf
Calificación:
Crítica

Todos los géneros cinematográficos han evolucionado: es completamente lícito añadir nuevas concepciones visuales, actualizar la narración cinematográfica –y/o la temática, evidentemente- para conectar con el público. No hace demasiado tiempo, veíamos cómo Guy Ritchie dirigía un auténtico revulsivo para el género del “thriller”, aportando una muy particular película, “Snatch, cerdos y diamantes”, que ya se ha convertido en un film de culto. Precisamente el film que hoy nos ocupa es directa heredera, tanto en lo visual –con recursos bastante parecidos-, como en argumento, ya que ambas se mueven en los bajos fondos y la delincuencia de Inglaterra: un misterioso hombre negro vestido de escocés llega a Liverpool con la intención de retirarse del tráfico de drogas, vendiendo el último de sus inventos químicos, que puede revolucionar la faz del narcotráfico; ayudado por un chorizo bastante torpe, intentará que sus oscuros planes no se vayan al garete.
Esta cinta es lo que podríamos llamar un verdadero “sueño” para su autor, el camarero de un pub de la ciudad de los Beatles, fanático de “Pulp Fiction”, que se atrevió a mandar su guión a Samuel L. Jackson, que quedó tan impresionado del mismo, que no sólo lo ha protagonizado, sino que también lo ha producido. A pesar de que el realizador no sea ninguna lumbrera, el regusto europeo planea por toda la historia y el producto en sí, cosa que le hace ganar varios enteros a la hora de hacer un balance final: la historia está muy bien contada, y el montaje es verdaderamente brillante, alcanzando un ritmo notable para este género que parecía ya extinto en sí mismo.
El dibujo de personajes –desde el jefe mafioso con hemorroides, hasta el narcotraficante bisexual con tendencias “Zen” o la asesina implacable, aún enamorada de su desastrado esposo- es tan singular como en “Snatch” o “Pulp Fiction”, sus dos auténticos referentes. Pero lejos de quedarse en ellos, en muchos casos se ven enriquecidos por una fresca y original tendencia del humor, aún más salvaje y descacharrante. Lógicamente, Samuel L. Jackson ha sido el “alma mater” del proyecto no ya en lo puramente económico, sino también en la interpretación, dando vida a un químico norteamericano negro, que siempre va vestido de escocés y acarrea consigo un equipo completo de golf. El contrapunto entrañable, en esta ocasión, lo pone el versátil Robert Carlyle, que es capaz de los más insospechados registros en un alarde de capacidad dramática y humorística –ya demostrada en filmes como “Trainspotting” o “Full Monty”. Es, en definitiva, una muy recomendable apuesta por cine de entretenimiento con visos de calidad en la maltrecha cartelera de este verano.


Federico Casado Reina



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