La factoría de Almodóvar ha tenido una producción tan errática como
arriesgada en la apuesta por los nuevos valores del cine español. Quizás
salvo «Mi vida sin mi» de Coixet o «Tengo una casa» de Mónica Laguna, pocas
han sido las películas que han triunfado económicamente y a un nivel
aceptable de calidad, aunque han apostado y visto nacer a directores como
Alex de la Iglesia con «Acción Mutante». Ha sido tan fuerte la influencia de
la obra de Pedro Almodóvar, que rápidamente se ha extrapolado, filtrado,
fagocitado y asimilado en las nuevas hornadas de realizadores, como en el
caso de Félix Sabroso y Dunia Ayaso, que no pueden negar la influencia
directa de Almodóvar, tanto en la estética como en el guión.
A la innegable referencia del realizador manchego se une una acertada visión
social del clásico barrio «cañí» madrileño de Lavapiés, mezclado con toques
de comedia negra más algunos retazos de un logrado realismo mágico en una
historia tan delirante como entrañable en su resolución: una familia de
artistas mediocres ve su gran oportunidad cuando uno de los hijos, actor él,
va a firmar un contrato con el director de moda, pero sus esperanzas se
verán truncadas cuando en una cena informal, una sobredosis termina con la
vida del realizador; la desesperada situación será congelar el cadáver hasta
firmar el contrato, claro que como sucede con la famosa Ley de Murphy, si
algo puede salir mal, saldrá mal...
Aunque a veces todos los recursos argumentales y cómicos están muy en el
extremo y se busca una inmediata complicidad con el espectador con ese
universo multirracial desquiciado -casi reinventando una nueva «movida» en
el Madrid actual-, al final la película funciona, cosa que por fín
logran estos dos autores que con sus primeros trabajos «Perdona bonita, pero
Lucas me quería a mi» y «El grito en el cielo», no habían
conseguido.Especial mención merecen los trabajos de Loles León -ahora más
que nunca, en su registro más verduleramente entrañable- y de Pepón Nieto,
brillante en todo momento. Aunque con reservas, funciona.