Ficha película

Título:
Boat Trip (este barco es una ruina)
Director:
Mort Nathan
Intérpretes:
Roger Moore, Cuba Gooding Jr., Vivica A. Fox, Horatio Sanz, Will Ferrell, Roselyn Sanchez.
Calificación:
Crítica

Uno de los más clásicos elementos de comedia, es situar a un personaje fuera de su contexto habitual, y que comiencen a darse los equívocos propios de la mala adaptación a un ambiete que no controla. Probablemente –y viene muy bien al caso que nos ocupa- nunca mejor que en “Con faldas y a lo loco” se pusieron de manifiesto estas máximas, en la que dos músicos juerguistas perseguidos por la mafia tenían que convertirse en dos señoritas para salvar el pellejo, rodeándose además de toda una orquesta de chicas a cada cual más bella y opulenta. Por ello la premisa –únicamente la premisa- del film que nos ocupa, a priori pudiera haber sido muy interesante: dos hombres hartos de sus grises vidas y deseosos de aventuras, deciden realizar “turismo sexual” a bordo de un crucero que se supone repleto de mujeres, e, imitando “Vacaciones en el mar”, convertir su tiempo de ocio en un lupanar insaciable; el problema es que debido a un despecho, los dos serán enviados a un barco exclusivo de gays, donde tendrán que andar con muchísimo cuidadito…
“Nadie es perfecto”, le decía Joe E. Brown a Jack Lemmon al final de la odisea de Billy Wilder, y desde luego, algo parecido podría extrapolarse no ya al argumento de “Boat Trip”, sino también a su realización: hay que ser algo condescendiente con el realizador, que hace su primer film y que viene de escribir para la televisión series como “Se ha escrito un crimen”; puede más el ansia que tiene por gustar que la efectividad que debería tener una comedia liviana de estas características. Confiando demasiado en la chispeante y divertida personalidad de Gooding Jr., -que la tiene pero llega a resultar, como todos los actores histriónicos, algo cargante- y en los recursos cómicos propios de las confusiones sexuales –aunque algunos realmente funcionen y sean desternillantes, como la “cacería” en un acoso irrefrenable que Roger Moore “somete” a los dos protagonistas- el film zozobra a partir de la primera mitad, agotado y sin falta de imaginación en el desarrollo final. Si pusiéramos en una balanza todos los momentos divertidos y los otros de aburrimiento, el nivel sería de una penosa mediocridad salpicada por algún que otro momento acertado –como la aparición de ese particular “equipo femenino sueco” en la escena…-. Claro que para un verano liviano de estrenos, lo que procede son películas de uso, consumo y disfrute como ésta, aunque la verdad, con muy poquito que se hubieran esforzado, la historia podría haber ganado muchos enteros y haber provocado situaciones memorables en la última producción de la comedia norteamericana, aunque su producción sea a medias con Alemania.


Federico Casado Reina



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