Siempre nos han dicho que teníamos que hacer frente común contra el gran monstruo sin cabeza que era la producción de Hollywood. Siempre habíamos creído que las películas europeas tenían que tener una visión diferente, alternativa de lo que era el cine comercial norteamericano. Pero, hete aquí, que de un tiempo a esta parte, nuestros vecinos del país galo han decidido convertirse en los hermanos pequeños de Hollywood, haciendo de su capa un sallo, e intentando vender sus cintas como si fueran las norteamericanas, sólo que con el mercado de distribución europeo -recordemos, en los Estados Unidos está prohibido doblar las películas al inglés, circunscribiendo así las cintas extranjeras a los pequeños circuitos de exhibición-.

Ver “Ríos de Color púrpura” es como ver una versión apócrifa de las recientes películas de psicópatas de la producción Hollywood, desde “El Silencio de los corderos” a “El coleccionista de Huesos” o “Seven”, sólo que en versión francesa. Pero no se preocupe, porque la capacidad de mimetización de Mesié Kassovitz ha sido considerable, llegando a una factura cercana a la producción norteamericana... y claro, como Jean Reno -español, y de padres malagueños, por cierto- ha salido en muchas películas norteamericanas, y como además, hay tiros, acción, violencia, psicópatas y suspense... pues hale, seguro que todo el mundo traga y cuela. Y no, no tragamos. Porque, Mesié Kassovitz, para hacer thrillers de acción -estilo Joel Silver, por ejemplo- hay que tener cierta experiencia, hay que tener toda una maquinaria engrasada y dispuesta para originar el producto... y la cinematografía francesa no la tiene, por mucho que se empeñe. Y aún menos que nos quieran vender “estrellas” de acción tipo Vincent Cassell: porque si en Francia puede ser una estrellita, con la connivencia del público -como aquí lo es Santiago Segura-, fuera de sus fronteras no lo conoce nadie, así que mejor dejarlo.

Se nota a legua que el escritor y guionista ha intentado replicar los éxitos de taquilla y ventas editoriales USA, solapando argumento tras argumento por el siemple hecho de su rentabilidad inmediata. A saber: psicópatas, sociedades secretas, adolescentes renegados... y por supuesto, que no falte la pareja de policías que se están peleando siempre entre ellos, pero que juntos, serán capaces de frenar cualquier amenaza que se les ponga por delante. El resultado final, ha sido una mala fotocopia -por la exactitud- en francés de todos esos intentos made in USA de colarnos un producto comercial. Pero digo yo.. ¿no eramos todos miembros de la Unión Europea y tenemos moneda única a partir del 2002? Como dicen de nosotros, Francia si que es different.