Ficha película

Título:
Las mujeres de verdad tienen curvas
Director:
Patricia Cardoso
Intérpretes:
Lupe Ontiveros, America Ferrera, Ingrid Oliu, George Lopez, Brian Sites
Calificación:
Crítica

Aunque ya sabíamos que una de las mayores presencias étnicas de los Estados Unidos son los latinos, realmente han sido pocas películas las que han retratado la realidad social de este cada vez más pujante colectivo ciudadano, que incluso ha llegado a plantear al español como segunda lengua de Norteamérica –a pesar de los denodados intentos del partido republicano para erradicar el castellano de las calles estadounidenses, como pretende el futuro gobernador de California, el austriaco Arnold Schwarzenegger-. “American me”, “Selena”, o “My Family” han sido tibios intentos, más institucionalizados que otra cosa, para mostrar los barrios y las situaciones de los latinos que viven en el país de las oportunidades y se integran en sus valores sociales, pero intentan por todos los medios salvaguardar sus raíces, cosa bastante difícil, porque la vacía artificiosidad anglosajona se opone radicalmente a la pureza y realidad latina. Por eso, la obra teatral de Josefina López supuso tal convulsión, que el productor George La Voo compró rapidamente los derechos para hacer una versión cinematográfica, que ha arrasado en los festivales independientes de todo el mundo –el prestigioso “Sundance” entre otros-.
Basada en una experiencia real de la autora, el film cuenta cómo una chica de origen latino lucha por encauzar su propia vida, contra el determinismo social norteamericano –que condena a determinados puestos a todos aquellos que no son rubios, altos, delgados- y contra las caducas concepciones de su familia, que intenta mantener inconscientemente el “statu quo” de su familia con un taller de costura en el que se confeccionan los modelitos más “fashion” para las “barbies” que los pasearán por los centros comerciales, y que por cierto, jamás encajarán en las voluptuosas curvas de la protagonistas, obligada también a coser junto a su hermana. Aunque pueda parecer un drama impenitente, de los sacados de “vivir cada día”, el desparpajo con el que se afrontan los avatares del destino por parte de la comunidad latina es suficiente para añadir unas notas de precioso y entrañable humor a un film que tiene un ritmo realmente acertado, orquestado con tino por la debutante realizadora de origen colombiano, pero que ha estudiado cinematografía en Estados Unidos. Aunque de una manera simplista pueda parecer una elegía a la opulencia y la gordura, en una lectura mucho más amplia y exacta es una película realmente bien planteada, que diluye en realismo social la febrilidad de un mensaje contra el sistema, que oprime las vidas de los menos favorecidos e intenta perpetuar los compartimentos estancos de una sociedad que vive fundamentalmente de apariencias, y desecha lo realmente puro del ser humano. Esta es una película fresca, real como la vida misma, y esencialmente pura. Todo un hallazgo.


Federico Casado Reina



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