Ficha película

Título:
Última llamada
Director:
Joel Schumacher
Intérpretes:
Colin Farrell, Kiefer Sutherland, Forest Whitaker, Radha Mitchell, Katie Holmes, Paula Jai Parker, R
Calificación:
Crítica

Por mucho que las nuevas tecnologías cambien nuestra vida –que lo hacen-, al final siempre vivimos las mismas historias, ya sea a través de un papiro del siglo XV, una secuencia en Morse, un mensaje en SMS o un correo electrónico con archivo adjunto. La lealtad, la locura, el engaño o la pasión son emociones que existen desde los albores de la humanidad, lo que sucede es que ahora, filtradas por la revolución de la información digital, pueden a veces subordinarse al medio que, en realidad, debe servirles para unir más a las personas, cuando muchas veces las aisla. Como se ve en el film, hay gente que vive, siente, y se gana la vida pegado a un teléfono móvil, y es precisamente esa piedra de toque la que Schumacher y Larry Cohen utilizan para revisar la salud de una sociedad mediatizada por la comunicación, como ya hiciera este realizador en “Un dia de furia”.
La comparación de este film con la famosa “La cabina” –de hecho, el título original es exactamente ese- dirigida en los setenta por Antonio Mercero con guión de José Luis Garci y protagonizada por José Luis López Vázquez, es más que obvia, a lo que se añade el componente típico norteamericano de un francotirador con delirios de grandeza que desea castigar a un personaje “al azar” de la jungla urbana neoyorquina: un relaciones públicas que lo mismo te consigue entradas vip para un concierto de Britney Spears, que la portada de una revista para uno de sus representados. Es este mismo y egocéntrico personaje el que se ve obligado a un macabro jueguecito cogiendo el teléfono de la cabina mientras está siendo apuntado por el maniaco desde una de las miles de ventanas de Manhattan.
Con esta premisa argumental, el film desarrolla notablemente cada uno de los personajes, utilizando un sentido del humor tan hiriente como insólitamente inesperado en los momentos más criticos –como la secuencia de las prostitutas aporreando la cabina mientras el protagonista está siendo juzgado por su telefónico verdugo. Schumacher además se permite hacer un sobresaliente ejercicio de estilo, subrayando visualmente el verdadero caos que supone una gran ciudad, ayudado por todo tipo de recursos visuales videocliperos y una excelente banda sonora. Si bien es cierto que argumentalmente, la historia puede llegar a cansar –llegando incluso a ciertas lagunas de ritmo- la habilidad del realizador consigue entretener a la postre. Además, la desesperación plasmada en el rostro del cada vez más ascendente Colin Farrell se transmite a cada poro de su piel, transformado en lo más “cool” de la Quinta Avenida, en una pobre víctima propiciatoria de una tragedia urbana, redimida a la fuerza de sus propios pecados. Resulta gratificante cómo Schumacher, que tan perdido estuvo con las continuaciones cada vez peores de la saga “Batman”, llegando a un insoportable manierismo, ahora ha vuelto a tomar las riendas, tras la interesante “Tigerland”, y aún más con el futuro hombre murciélago –ya confirmado- de protagonista.


Federico Casado Reina



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