Ficha película

Título:
Carnages
Director:
Delphine Gleize
Intérpretes:
Chiara Mastroianni, Angela Molina, Lio, Lucía Sánchez, Esther Gorintin, Marilyne Even, Clovis Corini
Calificación:
Crítica

Resulta alentador cómo ver que los nuevos talentos del cine europeo empiezan a surgir poco a poco con fuerza, a pesar de la mala condición económica para la producción a gran nivel frente a las multinacionales norteamericanas. Y aún resulta más gratificante ver cómo el primer trabajo de una directora puede ser tan maduro, tan profundo e interesante, tras una brillante carrera en el cortometraje. La resonancia de su primer film no sólo ha llegado al público galo, sino que además foros importantes como el mismísimo Festival de Cannes se ha hecho eco de este film, modesto en su planteamiento, pero de gran calidad.
El original argumento tiene un formato ya de sobra conocido: el de varias vidas cruzadas –asimilando además al título de Robert Altman- que en esta ocasión, tiene un originalísimo nexo de unión, un toro bravo. Un torero, un taxidermista, un filósofo que en realidad quiere ser patinador, una actriz en crisis… la compleja y barroca galería de personajes intenta mostrar una realidad fragmentaria que compone el fresco social de una sociedad alejada de la felicidad, de los auténticos motivos vitales para tener una existencia agrable. Impresionante ha sido el trabajo actoral, así como la dirección de esta novata realizadora, demostrando un ejemplar control de todos sus intérpretes. Pero lo que realmente me ha sorprendido del film ha sido la madurez a la hora de crear los puntos tangentes entre las diversas líneas narrativas de las diferentes historias; la elección precisa de esos momentos justos –en las crisis o las alegrías de los personajes- está la clave precisa para un ritmo muy acertado, algo bastante peliagudo en una película coral de estas características.
Por otra parte, queda la disquisición sobre el tema taurino, que aunque latente, está sin duda presente en la película, y que da pie a una reflexión mucho más profunda sobre la supervivencia y la utilidad de esa raza bovina –de hecho, las distintas partes del toro son las que “unen” a los personajes-. El entorno social, que a la postre tiene porqué ser otra cosa más que un simple escenario donde interactúen los personajes, está mostrado a veces como si miráramos a través de un microscopio con el gran acierto de desposeer de todo contenido moral a la historia. Un film inesperadamente maduro para una realizadora que ha comenzado con muchísima fuerza su trayectoria cinematográfica, y que si no se malogra, tendrá bastante que decir en la producción gala, y aún en las pantallas grandes de todo el mundo.


Federico Casado Reina



©2001. AndaluNet, Diseño y hospedaje de páginas Web