Ficha película

Título:
El Bonaerense
Director:
Pablo Trapero
Intérpretes:
Jorge Román, Mimi Ardú, Dario Levy, Victor Hugo Carrizo, Hugo Anganuzzi, Graciana Chironi
Calificación:
Crítica

La pasada edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, nos trajo una serie de regalos de ultramar, y “El bonaerense” fue uno de ellos. Narrada en un tono documental, sobrio, hosco y sin florituras algunas, el realizador de “Mundo Grúa” ha logrado mostranos las entrañas de la supervivencia, en un país en crisis, en la que hay agarrarse a la primerar oportunidad como si fuera la última que va a presentarnos. Eso es precisamente lo que le sucede a nuestro protagonista, un pobre y palurdo cerrajero de pueblo, que debido a su inocencia, se ve metido en el robo de una caja fuerte; precisamente esa misma inocencia es la que le lleva a la academia de policía, y posteriormente a conocer todos los recovecos de la policia de Buenos Aires, tanto los buenos –pocos, la verdad- como los malos –que son como una carrera de obstáculos contra la corrupción, donde hay tantas vallas que saltar, que finalmente y aunque uno no quiera, termina cayendo irremisiblemente-.
Utilizando actores sacados de las calles y los ambientes que quería retratar, la juventud de Trapero ha servido para dotar de un toque escéptico e irreverente al film, rayando lo políticamente incorrecto, y lanzando una inteligente provocación contra los estamentos públicos argentinos, pero de la forma más inteligente que caabría hacerse: sin pasión alguna, sino simplemente mostrando los hechos tal y como son, sin adornos y sin estilismos. La pérdida de la inocencia del protagonista, así como la vertiginosa caída al cosmopolitismo de una gran ciudad que fagocita y regurgita posteriormente a todo el que llega a ella, es una parábola realmente escalofriante, siendo testigo el espectador del cambio que se opera en el pobre protagonista, que de ser un alma tímida y cándida, termina convirtiéndose en alguien egoísta, mezquino e incluso inhumano. Pero lo mejor, insisto, es la postura indiferente, neutral que toma el realizador. La aparente simpleza en la factura y el argumento, encierra un verdadero detonante dramático para la historia, que estremece a cada plano, por los pasos que un pobre ciudadano tiene que dar para poder sencillamente sobrevivir en un ambiente tan hostíl como el del crimen y la policía, donde la fina línea de la justicia, del bien y del mal se va diluyendo cada vez más hasta llegar a una total confusión. Impresionante trabajo del protagonista, Jorge Román, componiendo una de las mejores transformaciones de la inocencia a la abyección que haya visto nunca en el cine. Aunque yo no sea partidario de ese “realismo cinematográfico” que Ken Loach tanto promulga, Trapero ha logrado una simbiosis perfecta en este sentido, y lo ha hecho avanzar, convirtiéndolo en auténtico y apasionante cine, toda una desgarradora aventura vital y personal.


Federico Casado Reina



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