Ficha película

Título:
Canguro Jack, trinca y brinca
Director:
David McNally
Intérpretes:
Jerry O’Connell, Anthony Anderson, Estella Warren, Christopher Walken, Marton Csokas, Dyan Cannon, M
Calificación:
Crítica

Hitchcock mantenía la máxima de jamás trabajar ni con niños, ni con animales. La producción contemporánea ha demostrado que existen muchos directores –Steven Spielberg o Michael Night Shyamalan, sin ir más lejos- capaces de sacar todo el partido de los actores infantiles. Y en cuanto a los animales, además de los increíbles entrenadores que pueden lograr que un orangután baile el lago de los cisnes mientras toca una bandurria, existe la tecnología infográfica que puede recrear tanto animales que ya han desaparecido –como los dinosaurios-, como a animales que existen, dotándolos de la personalidad, gesticulación y acción que queramos, como ya se demostró en “Scooby Doo”, donde el protagonista era producto puro de la infografía más sofisticada. Algo parecido ha sucedido en el film que nos ocupa, donde el Canguro del título es una recreación virtual que interactúa con los actores humanos protagonistas.
La historia es la excusa más rocambolesca para realizar el clásico producto familiar con un animal incluido, como fueran en el pasado filmes tales como “Liberad a Willy”, más remotamente, todos los programas de “Lassie” o “Flipper”: un par de verdaderos desastres –que llegan a rayar en el dibujo de cómic más infantil, por lo simple de sus características- tienen que cumplir una peligrosa misión en Australia, ordenada por un capo mafioso de Nueva York, pero como son dos auténticos imbéciles, terminan perdiendo un sobre con mucho dinero a lomos de un Canguro que han de perseguir, so pena de perder además sus propias vidas.
Articulada como si fuera la visita a un parque temático, cuyas líneas argumentales fueran la promoción de Australia -especialmente su fauna marsupial-, la exhibición de las penosas dotes cómicas de los actores y la espectacular belleza de Estella Warren –ya vista en otras producciones como la nueva versión de “El planeta de los simios”- el film tiene una complejidad argumental verdaderamente nula, con un guión tan predecible como obvio, y donde lo único que se busca es la comedieta facilona con claro regusto infantil. En cuanto a la presencia del gran Christopher Walken en el film, es la única y exclusiva nota de calidad –al igual que las sugerentes curvas de Estella Warren-, y resulta verdaderamente lamentable cómo la producción norteamericana nos sigue “obsequiando” con esta retahíla de filmes para ser consumidos en masa y por toda la familia, y a los que de seguro seguirán camisetas, videojuegos, regalos en los restaurantes de comida rápida, y un CD con la banda sonora bailonga y pegadiza. ¿Y a esto lo llaman cine?


Federico Casado Reina



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