Ficha película

Título:
La vida mancha
Director:
Enrique Urbizu
Intérpretes:
José Coronado, Zay Nuba, Juan Sanz, Sandro Polo, Yohana Cobo, Silvia Espigado, Alfonso Torregrosa, E
Calificación:
Crítica

Con referencias evidentes al western, Urbizu –que se confesó un devoto seguidor de Clint Eastwood en la pasada edición del Festival de Cine Español de Málaga, el mismo que no reconoció su talento- ha realizado en su nueva pelicula un cruce de géneros tan insólito como bien resuelto, mezclando con gran habilidad el cine negro más clásico con el drama romántico y un punto de los grandes clásicos del lejano oeste norteamericano. En este caso, el “desconocido” que llega a la ciudad no es Alan Ladd, sino un críptico José Coronado que en el cénit de su carrera, interpreta al hermanastro de un pobre diablo, que malvive debido a su más que recomendable afición a las cartas, a pesar de tener una esposa preciosa, un hijo adorable, y un camión magnífico para desarrollar su trabajo de transportista.
Con estos elementos Michel Gaztambide, que ya nos dejó muy buen sabor de boca con “La caja 507” realiza un guión intenso, donde la tensión entre los personajes no para de subir, aunque exteriormente parezca que “no pasa nada”. Esta habilidad para mostrar la “calma” que precede a una supuesta “tormenta” es realmente enervante para el espectador, consiguiendo una gran intranquilidad en todo el desarrollo del film hasta un desenlace, que todo sea dicho, podría haber sido mucho más contundente. A pesar de las esforzadas interpretaciones de los relativamente novatos Juan Sanz y la preciosa Zay Nuba, el incontestable protagonista de toda la historia es un José Coronado que ha llegado a lo más alto de su trayectoria interpretativa, superando con creces los magníficos registros de la ya citada “La caja 507” y “La vida de nadie”; la mesura justa, la expresión contenida y la mirada torva hacen sospechar todo un torbellino de pasiones ocultas y bien escondidas, que pueden ser capaz de desatarse en el momento menos pensado y que pueden originar las consecuencias menos esperadas. No cabe la menor duda que el epicentro de toda la historia tiene el nombre de este actor, sin el cual el film no habría tenido el menor sentido.
Pero el elemento que más podríamos destacar de esta película –además de la prodigiosa interpretación de Coronado, el duro más duro de película que uno se pueda imaginar, y lo mejor, sin aspavientos ningunos, que es como son los duros…y si no que le pregunten a Eastwood, Clint Eastwood- es que con la economía absoluta y la austeridad narrativa más acusada, el director ha logrado un excelente resultado en el cómputo global, sacando de la aparente desidia y simpleza un resultado inesperado, apasionado y visceral, confirmando que el talento de Enrique Urbizu todavía tiene mucho que aportar al panorama cinematográfico español.


Federico Casado Reina



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