Ficha película

Título:
El Cazador de Sueños
Director:
Lawrence Kasdan
Intérpretes:
Morgan Freeman, Damian Lewis, Thomas Jane, Jason Lee, Timothy Olyphant, Tom Sizemore, Donnie Whalber
Calificación:
Crítica

Uno de los autores literarios contemporáneos más adaptados en el mundo del cine desde hace décadas es sin lugar a dudas, Stephen King. Debido a su prolífica obra y a la no menos rentables ventas de todos sus libros, ha habido de todo tipo de películas basadas en sus libros: desde obras maestras –como “El resplandor”, “Carrie” o “Misery”- hasta productos comerciales sin otro interés de saber que la idea original salió de la desbordante imaginación de King –como “La zona oscura”-. Pero si algo nos han enseñado esas adaptaciones, es que el universo personal de este autor, al igual que le pasaba a Lovecraft, tiene una frontera visual.
Me explico, hay muchos recursos literarios, descritos magistralmente por King, que trasladados a imagen no sólo resultan fuera de lugar, sino que pueden rayar en el más pavoroso de los ridículos. El cine es elipsis, es dar pistas al espectador sobre algo para que él se imagine el resto. Por eso el terror cinematográfico que más miedo da no es aquel en el que vemos los sesos de alguien esparcidos por la pared, sino el que no nos deja ver nada más que lo justo en el momento preciso. El misterio, el terror son los elementos habituales en toda la obra de King, y por eso, cuando se omiten visualmente en los momentos adecuados, provocan todavía más impacto psicológico.
La historia de “El cazador de sueños” –además de una de las últimas novelas de King, es un artilugio de la cultura india que supuestamente sirve para “atrapar” las pesadillas y ahuyentarlas de aquel que duerme debajo- tiene todos los ingredientes clásicos del particular mundo del autor: un grupo de amigos desde la infancia que han vivido juntos un acontecimiento que marcó sus vidas –como en “Cuenta conmigo” o “It”-, extraterrestres con muy malas intenciones –como en “Desesperación” o “Posesión”-, telepatía y/o clarividencia –presente en muchas de sus novelas- y para remate, una confabulación del gobierno para “proteger” al ciudadano, que finalmente se le va de las manos, amenazando a toda la humanidad –como en “Apocalipsis”-. De este potaje salió una novela verdaderamente buena, y Kasdan, con su experiencia y la del propio Goldman que le ha ayudado a adaptar a King –como ya hiciera en “Misery”- ha realizado un film desigual, precisamente por mostrar demasiado al espectador. Innegablemente, la película tiene una factura impresionante, unas interpretaciones brillantes y lo que es más importante, momentos de gran tensión e incluso de verdadero terror. Pero seguramente, si se hubiera logrado traducir todo el barroco argumento a algo más sutil, menos explícito, habría conseguido un muchísimo más elevado nivel de miedo en el espectador, tal y como la novela consigue en el lector. De todas formas, dentro de toda la obra de King adaptada al cine, “El cazador de sueños” figurará en un buen lugar.


Federico Casado Reina



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