Ficha película

Título:
La presa
Director:
William Friedkin
Intérpretes:
Tommy Lee Jones, Benicio del Toro, Connie Nielsen, Leslie Stefanson, John Finn, José Zuñiga, Ron Can
Calificación:
Crítica

Que Friedkin ha sido uno de los grandes directores de los setenta, está fuera de duda, con películas que supusieron en su día un auténtico revulsivo en el género, como “El exorcista” o “French Connection”. Que parte de esa maestría permanecía en algunos de sus posteriores trabajos, también era cierto. Pero que en este último intento de estar en el candelero ha metido la pata, no es menos cierto: intentando una fórmula híbrida de “El fugitivo” de Andrew Davis –con incluso el mismo perseguidor incluido, Lee Jones- y el “Rambo” de Pan Cosmatos –donde un entrenado soldado se mete en un bosque a matar gente y las fuerzas del orden público no pueden pillarlo-, Friedkin se queda literalmente, tan perdido como el protagonista de su película. A base de apasionarse por una serie de espectaculares sencuencias de persecuciones en el bosque –que por cierto, también recuerdan al “Depredador” de John McTiernan- el director -y por supuesto, los guionistas- se olvidan de describirnos a los personajes y sus motivaciones, sus caracteres y sus historias, en definitiva, todo aquello que les hace “reales”, dejando de ser meros clichés.
Contar con la participación de dos excelentes animales de escena como Tommy Lee Jones y Benicio del Toro –ambos ganadores de un Oscar- no ha certificado en este caso un éxito, más que nada, por que no existe guión, ni personajes; sólo existe la búsqueda, la persecución, que es quizás la protagonista. Pero ni siquiera esa parábola que presumiblemente pueda justificar la película sirve, porque ni eso ha estado bien realizado. Toda la acción se basa en un soldado de élite que ha sido preparado por un experto en supervivencia y en su enfrentamiento con su maestro. Y pare Vd. de contar ¿porqué se le odia? Nadie lo sabe. ¿Por qué luchan a muerte? Tampoco nadie lo sabe ¿porqué se dedicaba a preparar soldados de élite? Pues tampoco lo sabe nadie. Con estas expectativas, realmente resulta desalentador ver un film donde lo único importante es, exclusivamente, unas secuencias de acción impresionante, rodada en bosques, y unas peleas de artes marciales –concretamente, un arte marcial filipino que se realiza con machete- espectacularmente sangrientas y cruentas donde las haya.
Una lástima, porque a base de apostar por una fórmula comercial, Friedkin ha perdido ese particular sentido del cine de acción con A mayúscula, y se ha quedado en un simple director de encargo, que ni siquiera sabe aplicar malamente la fórmula para que una película lleve al cine a los potenciales espectadores de este tipo de productos, que por muy benevolentes que sean, saldrán defraudados. Lástima.


Federico Casado Reina



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