Ficha película

Título:
Narc
Director:
Joe Carnahan
Intérpretes:
Ray Liotta, Jason Patric, Dan Leis, Lloyd Adams, Chi McBride, Meagan Issa, Lina Felice
Calificación:
Crítica

Estamos ante otra “Buddy-movie” (película de colegas, generalmente policías) en la que tenemos oportunidad de comprobar lo dura que es la vida de los vigilantes del orden público, que además se dedican al tema de los narcóticos. La diferencia entre lo “bueno” y lo “malo” se pone en entredicho en una historia, que como en una partida de ajedrez, cada acto tiene una serie de consecuencias no sólo en la vida del personaje que realiza la acción, sino de todos los que le rodean. Carnahan, que seguro que ha tenido una gran sobredosis de televisión, especialmente de un programa llamado “Cops” (Policías, en español, que hemos visto en nuestro país, y que ahora han copiado la fórmula llamándose “Alerta 112”), ha intentado copiar la estructura del documental ficcionado, o lo que es lo mismo, utilizar toda una serie de recursos visuales –cámara al hombro, fotografía con obturación abierta, etc.- para dar la sensación de “realismo” en un film que además bebe directamente de “Traffic”, pero por supuesto, sin ser tan original: estamos ante la muerte de un agente de policía. Su compañero intenta investigar denodadamente su asesinato junto a su nuevo colega de vehículo y destino, que ya tuvo una experiencia dramática con las drogas, y que además tiene una mujer y un bebé. Todas las pesquisas son un auténtico calvario, descubriendo facetas ocultas y separándoles aún más de sus vidas “normales”.
Además de los aciertos formales y visuales, ¿cuántas veces hemos visto esta temática en series como “Corrupción en Miami” o “Canción Triste de Hill Street”? La fatiga a la que el espectador tiene que enfrentarse a la hora de ver un producto ciertamente manido es notable, y ni las correctas y esforzadas intepretaciones de Liotta y Patric –al que por una vez, me creo en su papel- ni el logrado uso del “flashback”-, ni el empleo de técnicas televisivas –como el split-screen, que sólo Soderbergh ha utilizado recientemente en “Ocean’s Eleven”- consigue añadir una nota de originalidad en un guión, que además tiene una elevadísima dosis de autocomplacencia y cuya resolución resulta completamente predecible.
Por eso, el cine norteamericano debería de pensarse un poquito más las cosas a la hora de intentar vender lo que ya nos ha vendido previamente durante años en televisión y en el cine mismo, porque desde que Gene Hackman persiguiera a Fernando Rey en “French Connection”, ha llovido lo suyo, y aunque la historia se repita, por lo menos que nos lo cuenten de una forma que no lo hayamos visto ya.


Federico Casado Reina



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