Ficha película

Título:
Lejos del cielo
Director:
Todd Haynes
Intérpretes:
Julianne Moore, Dennis Quaid, Dennis Haysbert, Patricia Clarkson, Viola Davis, James Rebhorn, Bette
Calificación:
Crítica

Pocas veces hemos tenido oportunidad de ver un film tan caustico con los presuntos valores del “american way of life”. La valentía en la irónica y mordaz mirada de Haynes se corresponde con la misma y gélida que arrojó sobre el mundo de la psicodelia pop de los setenta en “Velvet Goldmine”, pero aquí tiene mucho mayor mérito, al carecer de una serie de recursos visuales que en este film sí que tenía. Ahora es la realidad pura y dura, la abrumadoramente cotidiana, la insulsamente perfecta la que se pone en tela de juicio a través de la presunta y distante perfección social que se resquebraja a la mínima que descorremos el visillo de la corrección moral.
En ese abismo es donde se situa a la pobre Cathy, una perfecta ama de casa de los años cincuenta, que tiene todo lo que la sociedad le demanda en la entelequia perfeccionista de la llamada “felicidad”: dos hijos sanos –niño y niña-, un marido guapo y triunfador –máximo ejecutivo de una gran empresa-, una casa impresionante –con todos los adelantos en la cocina y el comfort del hogar-, y un alma cándida dispuesta a participar en todo tipo de asociaciones para la mejora del mundo. El gran problema empieza cuando Cathy, la perfecta y divina –nunca mejor dicho- Cathy logra ver el mundo con unos ojos carentes del filtro social autoimpuesto: ahí descubre que su marido no es feliz con su matrimonio, y tiene tendencias homosexuales, que su jardinero negro es en realidad su objeto de pasión y deterioro de sus amistades -¿dónde se ha visto un hombre negro hablando y aún menos, compartiendo “amistad” con una mujer blanca?- y que todas sus amigas en realidad son arpías dispuestas a despellejarla al más mínimo atisbo de rumor escandaloso.
Sin lugar a dudas, uno de los elementos más relevantes del film son las impresionantes interpretaciones, donde destaca con derecho propio una Julianne Moore que añade una nota de dramatismo inigualable a su registro de “normalidad”, realmente sobrecogedor. Las evoluciones de su personaje a lo largo de un guión sólidamente escrito, tienen el correlato perfecto en el inexpresivo y anglosajón rostro de Moore, que camina derechita hacia el Oscar.
Es cierto que el realizador se esfuerza en desarrollar una factura bastante chirriante, al modo que hizo Lynch en “Terciopelo Azul” para satirizar aún más brutalmente ese fraudulento paraíso social, pero hay que entrar en ese profundo nivel de análisis para comprender que esa realidad travestida que muestra Haynes no es más que una parábola sobre la monumental mentira que es la vida de la protagonista, y que a lo largo de todo el film, nos va mostrando lo lejos que está del presunto “cielo” que podría ser su vida.


Federico Casado Reina



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