Ficha película

Título:
Gangs of New York
Director:
Martin Scorsese
Intérpretes:
Leonardo DiCaprio, Cameron Diaz, Daniel Day-Lewis, Jim Broadbent, John C. Reilly, Henry Thomas, Liam
Calificación:
Crítica

Cuando uno empieza a ver esta mega-epopeya cinematográfica, no puede evitar pensar en otra película que pretendía ser la definitiva de un determinado género, “La puerta del cielo”, y que aunque tenía cosas interesantes, fue un producto fallido que arrastro al abismo a su director, Michael Cimino, a un ostracismo obligado durante cierto tiempo. Algo parecido sucede con este film, a todas luces monumental, pero ¿realmente han ideado bien el monumento, o simplemente se trata de fuegos artificiales? Eso, como dijera más de un novelista en sus cuentos, nunca lo sabremos, porque el film que se exhibe en las salas no es la película que ideó Scorsese (¡con casi seis horas de duración!), sino una versión que Harvey Weinstein, productor del film, ha realizado cortando a diestro y siniestro e incluyendo una voz en “off” del personaje interpretado por DiCaprio, “explicando” la acción –de manera completamente innecesaria-.
Como cronista urbano, realizador y artista, el nombre de Scorsese está fuera de duda, realizando trabajos tan impresionantes como “Toro Salvaje” –uno de los “biopic” mejor realizados sobre el mundo del boxeo en la historia del cine-, “Taxi Driver” –con un Nueva York como otro personaje más-, “Uno de los nuestros”, “Malas calles” o “Casino”. Incluso en filmes menores como “Jo, que noche”, urdía dentro de la delirante estructura de comedia ese telón de fondo que tanto ha amado como es la llamada “Gran Manzana”. A modo de grandilocuente –y vacío, en muchos casos- homenaje “Bandas de Nueva York” –que es como debería llamarse en español- habla de la faz de la gran metrópoli cuando se estaba forjando, allá por finales del siglo XVIII, en plena vorágine de inmigrantes irlandeses, europeos, africanos, asiáticos.
Pero al igual que le pasó en otros proyectos de gran producción, como “La edd de la inocencia” –precisamente, también con Daniel Day-Lewis- o “New York, New York”, Scorsese no ha sabido imponer su personal criterio artístico como lo hace en películas más “pequeñas” de producción, pero mucho más grandes creativamente hablando. Todo muy impresionante, todo muy ampuloso, muy espectacular… Pero ¿Y la película? ¿y la historia? Pues mutilada por la tijera del montaje, con personajes que llegan a ser ridículos –como el recital de muecas de Daniel Day-Lewis, del que llegamos a, inesperadamente, desear que se hubiera seguido retirado aprendiendo zapatería en Italia-. El colmo son las muchas concesiones “emotivas” que el realizado hace sobre la ciudad al final y a la carrera, con un epílogo de lo más tópico y postalero que alguien pueda imaginar, y que es más propio de un productor con ganas de terminar –y vender- una película, que del gran Martin Scorsese.


Federico Casado Reina



©2001. AndaluNet, Diseño y hospedaje de páginas Web