Ficha película

Título:
La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón
Director:
Javier Fesser
Intérpretes:
Benito Pocino, Pepe Viyuela, Dominique Pinon, Janfri Topera, Emilio Gavira, María Isbert, Javier All
Calificación:
Crítica

La nostalgia nos juega malas pasadas. Muchas generaciones españolas hemos crecido con una serie de iconos culturales populares tan marcados, tan definidos, que se nos antojan intocables. Desde los “Pumby” hasta el famoso Capitán Trueno, todos han formado parte de un especial universo de fantasía que, todavía a día de hoy, nos hace seguir soñando. Sin lugar a dudas, uno de esos iconos indiscutibles han sido los dos personajes creados por el genial dibujante F. Ibáñez, más conocidos por Mortadelo y Filemón. Sus barrocas y locas aventuras, en misiones especiales para la T.I.A., ayudados por los fatalistas inventos del profesor bacterio y comandados por el bigotudo y atolondrado “Super” han hecho las delicias durante inagotables tardes de merendola tras las clases. En la lícita búsqueda de un cine comercial, una de las (pocas) grandes productoras cinematográficas españolas ha decidido llevar al cine a Mortadelo y Filemón. Y lo que es más difícil todavía, hacerlo no con dibujos animados –como ya se hizo, con lamentables resultados- sino con personajes reales, de la mano de un director tan desigual como brillante, visualmente, Javier Fesser –“El milagro de P. Tinto”-.


Un impresionante trabajo de producción ha recreado buena parte de los chistes de F. Ibáñez, no sólo en los tebeos de Mortadelo y Filemón, sino también la casa de vecinos “13 Rue del Percebe” y del cegato “Rompetechos”; pero como era de esperar, también ha vuelto a plasmar en peculiar mundo de Fesser, por encima incluso de los personajes a quienes se dedica esta película, y quizás ahí ha radicado parte de su error: a diferencia de su primer film, Fesser ahora ha trabajado un guión mucho más redondo, donde los dos agentes secretos se enfrentarán a una amenaza internacional y a otro espía profesional contratado por su propio jefe, acostumbrado a su completa incompetencia. Y las bromas tienen gracia, al igual que los efectos especiales. Pero, a pesar del enorme esfuerzo infográfico ¿funcionan igual de bien las bromas visuales de un tebeo que las de una película? A la vista está que no. Idependientemente del rigor a la hora de adaptar, éste es un film que, por una parte, les sabrá a poco a los seguidores de estos personajes –que en cada tebeo encontraban mil y una bromas además de las propias de los personajes principales, arropadas por mil y un detalles casi imposibles de plasmar en imagen, desde el ratón que se come un bocata de queso en una esquina de una habitación, hasta el cordón roto de un niño que se lo amarra a sus zapatos- y casi no les sabrá a nada a las nuevas y jóvenes generaciones que han crecido con otros héroes del cómic, que ni siquiera son ya Spiderman, Batman o Supermán, sino que van más en el Manga, o en toda la tradición cybertenebrista de cómic norteamericano. ¿Creen que podrán defenderse el multiforme y cándido Mortadelo y el cascarrabias y atolondrado Filemón ante esto? Ojalá que si.


Federico Casado Reina



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