Ficha película

Título:
Otra Terapia Peligrosa
Director:
Harold Ramis
Intérpretes:
Robert de Niro, Billy Crystal, Lisa Kudrow, Joe Viterelli, Cathy Moriarty, John Finn, Kyle Sabihy
Calificación:
Crítica

Uno no puede por menos que disfrutar cuando vuelve a ver a Robert De Niro. Pero el mito, cada vez se resquebraja más y más. Que el protagonista de “El padrino II” –por el que ganó el Oscar al mejor actor secundario- y de “Toro salvaje” –por el que ganó el Oscar al mejor actor principal- ahora quiera autoparodiarse, me parece no sólo lícito, sino encomiable. Incluso su director fetiche, Scorsese, lo intentó reubicar en el género junto al mismísimo Jerry Lewis en “El rey de la comedia”, pero muy pocas veces, por no decir ninguna, De Niro ha encajado a la hora de hacer reir. Su fuerza carisma y su fuerza expresiva, perfectas para el drama, se convierten en histrionismo mal encauzado hacia una serie de papeles que no son más que una caricatura de sí mismo en otras de sus más famosas películas. Por otra parte, hay que reconocer que Billy Crystal es un comunicador nato. Lo puedes odiar o amar, pero sin duda, transmite. Personalmente, lo encuentro algo cargante, pero si consigue controlar su megalomanía –cosa que hace pocas veces, la verdad- tiene destellos humorísticos verdaderamente geniales. De esta forma, cuando Harold Ramis –un experto en comedia, que nos ha regalado perlas como “Atrapado en el tiempo” o “Mis dobles, mi mujer y yo”- los unió, surgió una fórmula a todas luces descacharrante, aunque a la vez chirriante por ver a todo un Robert De Niro, hacer el payaso.
En esta segunda parte, los personajes repiten en sus papeles, sólo que la historia del mafioso que necesita un psicoanalista, ha ido más allá: resulta que Paul Vitti es sacado de la cárcel y puesto a la custodia del Doctor Sobel, justo el día en que muere el padre del segundo. De esta forma el psiquiatra tendrá que intentar que su paciente –que en realidad, fingió para poder salir de prisión ya que estaba amenazado de muerte- se integre en trabajos “legales”, con los resultados más inesperados.
Aunque el film tiene ritmo, llega un momento en que el choque transcultural –los italoamericanos con el resto- y el choque “translegal” –los mafiosos con la sociedad “normal”- no es suficiente para hacer avanzar la historia, y es el momento en que los guionistas añaden una ridícula e inexplicable subtrama de robos y lealtades entre “familias” mafiosas que resultan a todas luces grotescas. Es innegable que la química entre Crystal y De Niro sigue funcionando en algunas secuencias, sobre todo por el desparpajo del primero, pero lamentablemente, no es más que otro intento facilón por hacer una franquicia comercial con el que seguir consiguiendo espectadores. Y esta “gallina de los huevos de oro”, ya puso todos los que tenía que poner.


Federico Casado Reina



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