Ficha película

Título:
Santa Claus 2
Director:
Michael Lembeck
Intérpretes:
Tim Allen, Elizabeth Mitchell, David Krumholtz, Eric Lloyd, Judge Reinhold, Wendy Crewson, Spencer B
Calificación:
Crítica

Como muchos cómicos procedentes de la televisión que ya han desfilado por la historia del celuloide –y muchos de ellos, se han integrado hábilmente en el mundo del cine, como Eddie Murphy, Billy Crystal o Dan Aykroyd- ahora Tim Allen parece que ha encontrado su norte, nunca mejor dicho: el grandísimo éxito que supuso “¡Vaya Santa Claus!”, no sólo terminó de dar a conocer internacionalmente a Allen en las pantallas grandes, sino que además le reportó unos enormes beneficios. A pesar de haberse negado taxativamente a repetir el papel, el suave canto de las sirenas convertidos en ofertas millonarias han forzado a Allen a embutirse de nuevo en el traje rojo y en la barba blanca.
En realidad, el film es tan honesto como simplón: ahora Allen ha dejado de ser un humano convencional y ya es el mejor “Santa Claus” de la historia, pero su “reinado” –si es que se le puede llamar así- está flaqueando porque empieza a adelgazar y el poblado pelo de su cabeza y barba empieza a tener color. Esos problemas han de solucionarse empezando por el hijo de Allen en el film, y por supuesto, por el sustituto que ha dejado al mando del ejército de elfos que le ayudan en el reparto de regalos el día de Navidad. Como película navideña, orientada e ideada para un público familiar, es un producto digno, con buena producción y de ritmo adecuado, aunque, como toda la producción Norteamericana de grandes estudios, adolece de originalidad completamente, no ya en el argumento –que sí puede llegar a serlo, con un Papá Noel que adelgaza…- sino en la resolución de los momentos de comedia, que llegan a resultar bastante predecibles. Si es de agradecer que todo el film tenga el tono adecuado y que nunca deje de mantener una cierta intriga con respecto a la trama principal –es decir, si Tim Allen terminará o no siendo Santa Claus al final del film-, al igual que todo el diseño de producción, que es excelente, o la factura, que también guarda una cierta coherencia con toda la película.
Pero no tenemos que llamarnos a engaño: igual que Tim Allen ha encontrado a su personaje perfecto para promocionarse y ganar un pastón a cada película, este film no es otra cosa que un juguetito navideño para mantener la tradición del bonachón gordito que montado en un trineo lleva regalos a los niños en Nochebuena. Queda también por ver si en la producción han tenido que ver algunos grandes almacenes –como en la misma figura actual de Santa Claus, promocionada por un refresco de cola cuyos colores corporativos son los mismos del barbudo, que en realidad llevaba un traje verde-, o simplemente se ha hecho como vehículo de conservación del llamado “espíritu de la navidad”.


Federico Casado Reina



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