Ficha película

Título:
El refugio del mal
Director:
Félix Cábez
Intérpretes:
Daniel Freire, Rosana Pastor, Lucía Jiménez, Juan Fernández, Nur Al Levi, Txema Blasco, Jack Taylor,
Calificación:
Crítica

En la historia del cine, muchos críticos han terminado dirigiendo: Truffaut, Garci e incluso Trueba han hecho correr verdaderos ríos de tinta antes de ponerse detrás de una cámara. Quizás en nuestro país el último caso más sonado haya sido Daniel Monzón, que tras el tibio estreno de “El corazón del guerrero” ha realizado una pequeña maravilla de film que funciona a las mil maravillas “El robo más grande jamás contado”. Pues ahora otro crítico más se une a la precaria industria española con un film bastante pretencioso, en clave del más puro estilo Hitchcock, pero que lamentablemente, sólo se queda en las intenciones, porque –vamos a decirlo- el pobre Cábez no tiene ni por asomo la cuarta parte del talento que ha demostrado Amenábar como realizador y como guionista.
El planteamiento del film –un hombre que busca a su hermano desaparecido llega tras su pista a un remoto albergue en medio del monte, poblado por personajes cada vez más inquietantes y siniestros- es francamente sugerente, habida cuenta de que intenta realizar la arquitectura del género sin recurso alguno, es decir, sin psicópatas, sin monstruos, sin sangre y sin nada: suspense puro y duro. El problema es que para realizar esa mágica triquiñuela que nos tenga pegados al asiento durante el tiempo de la proyección, hay que tener un sentido especial, como ya demostró el orondo director de “Psicosis”. Perdonen que reitere mi analogía con Hitchcock, pero resulta dolorosamente evidente la mala copia que de “Psicosis” intenta hacer Cábez en su primera película: motel aislado, una madre y su retoño (en este caso, una hija), un viajero que busca a su hermano (en el caso de “Psicosis”, a su hermana…).
El gran problema del film, aparte de no saber dosificar las descripciones y momentos de transición –que se hacen eternos- es que sencillamente, nos sentimos engañados: después de esperar muchísimo tiempo –o al menos, lo sentí así- para que pasara algo en la historia que desencadenara los acontecimientos, no sucede nada de nada. Todas las pistas que nos plantean a lo largo de la historia resultan falsas o equivocadas, en una serie de trampas argumentales sencillamente para liar al espectador y con el pretexto de desconcertarlo, hacer que se aburra soberanamente. Ni siquiera las esforzadas interpretaciones de todo el excelente reparto –donde destacan un cada vez más actoralmente maduro Daniel Freire y una arrebatadoramente sugestiva Lucía Jiménez- consiguen mantener un mínimo nivel de atención en un film que a base de no ser explícito, por aquello de mantener el suspense, se ha olvidado de mostrar lo básico y fundamental, y todo se queda en la sugerencia, en algo tibio y lacio que en ningún momento nos hace preocuparnos por lo que está pasando en la historia. Una pena.


Federico Casado Reina



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