Ficha película

Título:
Ghost Ship
Director:
Steve Beck
Intérpretes:
Gabriel Byrne, Julianna Marguiles, Ron Eldard, Desmond Harrington, Isaiah Washington, Francesca Rett
Calificación:
Crítica

Qué duda cabe que el cine es comercialidad. Pero la diferencia entre un producto digno y una paparrucha, radica en las ganas que la productora tenga para recuperar el dinero invertido, el interés en los creadores que lo realizan, y quizás lo más importante, el respeto que le tienen al espectador. Por eso no tengo por menos que quedarme perplejo cuando un productor como Joel Silver –cuya comercialidad está fuera de duda, pero que ha realizado filmes que además tienen calidad como “Matrix”, o bien “Operación Swordfish”- y un director como Robert Zemeckis –que dirigió la excelente “Forrest Gump” o “Regreso al futuro”- se embarcan, nunca mejor dicho, en un engendro de tales proporciones como el que nos ocupa y que cumple una por una todas las reglas para no ser una buena película de terror y/o suspense. Si algo nos ha enseñado el cine, es precisamente a no enseñar las cosas en el misterio y el suspense y todavía mucho menos, explicar las cosas detenidamente. Viendo el film parece que hayamos saltado varias décadas en la evolución del cine, sobre todo en este género.
El punto de partida podría ser sugerente, pero la falta de experiencia y talento del director –que ya perpetro otra infamia como “13 fantasmas”- hace que todo se convierta en ridículo, en un completo esperpento, caricaturizando cualquier intento de realizar un film con una pizca siquiera de misterio: un equipo de marinos que se gana la vida recuperando barcos hundidos recibe el encargo de rescatar un antiguo transatlántico, que en realidad encierra una maldición y donde los espíritus más maquiavélicos danzan a su albedrío. Con la peor interpretación de influencias tales como “El Resplandor”, “Poltergeist”, “Alien” o “Titanic” –hay planos que son literalmente calcados de la película de James Cameron, solo que ahora con gran proliferación de espíritus, etc.- resulta verdaderamente dantesco ver a los protagonistas no sólo charlando, sino tomando copas o jugando a las cartas con los espectros que pueblan el barco fantasma y que además se ven con todo lujo de detalles –por sanguinolentos y asquerosos que sean-. Si no hace demasiado tiempo un español como Alejandro Amenábar daba una verdadera lección de cómo debía ser una pelicula de terror ambientada en un solo escenario con “Los otros”, ahora la industria de Hollywood sigue lanzando películas para audiencias adolescentes sin exigencias algunas, para que coman palomitas a mansalva, se agarren unos a otros en los clásicos sustitos “de mentira” –tipo “el gato que salta inesperadamente”- y como colofón, con algunos elementos del más puro “Gore” –la secuencia inicial con el cable es verdaderamente nauseabunda-. Todo un completo despropósito que disocia enervantemente la comercialidad –buscada al precio que sea, incluyendo, no se lo pierdan, música Heavy Metal en un flashback de los sesenta- y la más mínima calidad.


Federico Casado Reina



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