Ficha película

Título:
Callas Forever
Director:
Franco Zefirelli
Intérpretes:
Jeremy Irons, Fanny Ardant, Joan Plowright, Jay Rodan, Gabriel Garko, Ángela Molina, Alessandro Bero
Calificación:
Crítica

Rodada en buena parte de Andalucía, éste era un experimento al menos interesante: resucitar a la divina Callas, en una especie de biografía apócrifa en la que a modo de falso documental, se recrearan los últimos años de la más genial cantante de ópera de todos los tiempos. Aprovechando buena parte de su biografía real –seguida muy de cerca por Zefirelli, que llegó a ser amigo personal de la Callas- y añadiendo otros elementos presuntamente “dramáticos”, el director ha intentado transmitir las excentricidades, miedos, pasiones y locuras de una artista tan llena de indecisión como de genialidad. El problema, es que primero un director tan “clásico” como éste no es capaz de sacar el partido correcto del “cine dentro del cine”, un experimento harto peligroso para un narrador cinematográfico tan convencional como Zefirelli. Y segundo, que además de todo ello, el guión es bastante malo, ya que no termina de centrarse ni en el personaje de Maria Callas, ni en el de su representante, Larry Kelly, dudando permanentemente si mostrar el mundo interior de la diva o la tortuosa relación del representante con el artista, como nexo de unión de los creadores con la realidad más mundana y “convencional”.
Si a todo ello sumamos una interpretación bastante extrema de Fanny Ardant, y una más que cuestionable dirección artística –más propia del cine erótico italiano de los setenta, incluyendo maquillaje, fotografía y una guardarropía verdaderamente baratucha- queda un producto verdaderamente insufrible, incluso para los incondicionales –entre los que me hallo- de la genial Callas. Cuesta verdadero trabajo creer que un realizador que ha compuesto obras de la envergadura de “Jesús de Nazareth” –cuestionable a nivel cinematográfico, pero apabullante a nivel de producción y dirección artística- o “Campeón” –incuestionable a nivel emotivo, quizás una de las películas más emocionantes de la historia del cine, donde la lágrima es casi obligada…- ahora haya realizado una película tan sumamente mediocre. Lamentablemente, la Callas ya no está entre nosotros para seguir deleitándonos, pero su obra perdurará para siempre. En cuanto a Zefirelli, esperemos que este no haya sido más que un despiste y que no suponga la agonía de un director algo manierista, pero que ha realizado filmes nada desdeñables en la historia del cine, trasladando su mensaje al propio Hollywood, y consiguiendo mantener buena parte de la grandeza escénica de la ópera, de donde realmente Zefirelli proviene. Pero líbranos señor del peripatetismo de la ópera trasladado al cine –tal y como sucede, penosamente, en esta pelicula-, porque sencillamente, no funciona.


Federico Casado Reina



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