Ficha película

Título:
XXX
Director:
Rob Cohen
Intérpretes:
Vin Diesel, Asia Argento, Marton Csokas, Samuel L. Jackson, Michael Roof, Eve (II), Thomas Ian Griff
Calificación:
Crítica

La guerra por las franquicias comerciales en la industria cinematográfica norteamericana cada cierto tiempo se inventa una nueva serie de parámetros presuntamente rentables, que dicen mutar con cada generación: resulta que los héroes inmaculados de los cuarenta resultaban poco “masculinos”, y posteriormente se llevó la arruga, la suciedad y lo “natural”. Pero no nos engañemos: la historia se repite, y en géneros tan sumamente explotados, como el Western, el Terror o –como el caso que nos ocupa- el cine de espías, ya está casi todo inventado.
Tras James Bond, nos llegó la adaptación cinematográfica de otro agente secreto, Ethan Hunt, que hacía las “Misiones Imposibles” para salvar a la humanidad, con la cara de Tom Cruise –que por cierto, también era productor de las películas, cómo no-. Y rizando el rizo, resulta que Cruise ya es demasiado “buen chico”, y hace falta un nuevo modelo de espía más supuestamente “en contacto” con la juventud, que recoja su moda, sus modales, y sus formas. Ahí es donde nace Xander Cage, un experto en deportes extremos, que además tiene una web en internet y es una especie de Robin Hood de los posmodernos, lleno de tatuajes, musculoso, y con unos modales dignos del portero de una discoteca –como de hecho era Vin Diesel hasta que Steven Spielberg le dio su gran oportunidad en “Salvar al soldado Ryan”-. El planteamiento es interesante, e incluso sugerente: en la película la Agencia de Seguridad Nacional Norteamericana se enfrenta a un grupo de exmilitares soviéticos que intenta acabar con el mundo, y dado el particular perfil de los delincuentes, van a utilizar a un espía igual de particular: un exdelincuente, ladrón de coches con pinta de macarra.
Todo estaría bien, si realmente se innovara, se creara una vuelta de tuerca del género, adaptándose a la nueva moda. Pero lamentablemente, los ejecutivos de los grandes estudios se imponen un margen de acción demasiado pequeño, temerosos de innovar demasiado, y que las películas se parezcan demasiado a los videojuegos que los chavales tienen en sus casas, con lo que ¿para qué van a ir al cine? Ahí es donde ha estado el gran fallo de la película, además de en su inexpresivo y gorilesco protagonista: toda la presunta modernidad no es más que un mínimo barniz, que tras de si, tiene la misma estructura –en todos los ámbitos, desde el argumento hasta los giros de guión, los personajes o la misma coreografía de las persecuciones y secuencias de acción- que toda la saga de James Bond. Eso sí, ahora nuestro héroe no trabaja para la inteligencia británica, sino para el pentágono, y “Q” es un novato con verborrea de adolescente de instituto. Entonces ¿Dónde está lo nuevo…? Aunque Xander lo ha intentado, en el reino de los espías sigue indiscutiblemente coronado por el séptimo de los agentes doble cero. Y si no que le pregunten a Brosnan.


Federico Casado Reina



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