Ficha película

Título:
South Park
Director:
Trey Parker
Intérpretes:
Trey Parker, Eric Cartman, Matt Stone, Mary Kay Bergman.
Calificación:
Crítica

Casi todos estamos acostumbrados a ver en los dibujos animados a esos animalitos simpáticos y graciosos que hacen las delicias de los más pequeños. Probablemente fuera la división de animación de Warner –con personajes de rasgos sospechosamente “adultos” como el pato Lucas, o Bugs Bunny- la que comenzó una auténtica revolución en este mundo, espoleados por el gran éxito que tenían las tiras diarias de cómics en los diarios norteamericanos: nada mejor que un personaje no real para dar un buen varapalo a lo que se terciara, ya sea política, cultura, educación o todo títere con cabeza susceptible de crítica. A los famosos “Toons” de la Warner, le siguieron la Pantera Rosa, Garfield, Fritz el gato y toda una pléyade de elementos que aunque encantaban a los pequeños, hacían pensar bastante a los mayores.
Si nos olvidamos de las corrientes estéticas adolescentes –con el fenómeno “Manga” y las herencias de dibujantes de cómics adultos, como John Byrne, Frank Miller o Richard Corben- a finales de los ochenta un visionario tuvo una gran idea: crear unos dibujos muy entrañables, pero que fueran capaces de saltarse a la torera la censura ideológica que en los Estados Unidos impera en la televisión: Matt Groening creo a “Los Simpsons”, la familia arquetípica de los USA, con todos los parámetros exactos amplificados y ridiculizados. La serie de la Fox creó escuela durante más de una década, convirtiéndose en un icono popular –y a veces referencial, cuando no “autorreferencial”- para la cultura occidental.
Abierto ya ese flanco, llegaron unos señores llamados Trey Parker y Matt Stone con una novedosa idea, a finales de los noventa: usar los dibujos y la animación más entrañable –en dos dimensiones, con telas y elementos infantiles, cuando la infografía estaba de moda- para dar vida a los personajes más procaces, gamberros y salvajes que ninguna mente pudiera imaginar. “South Park” es un pueblecito, erigido en microcosmos donde extrapolar todas las pulsiones que bullen en la sociedad. La serie de televisión supuso un revulsivo, no solo para las mentes bienpensantes de la censura en la pequeña pantalla, sino para todos los telespectadores que no podían creer la poca vergüenza de unos personajes a la medida de sus creadores, capaces de la mayor escatología posible. Aunque brutalmente reducida a la mínima expresión –para hacer posible su emisión catódica- su popularidad ha llegado a tal punto, que ahora nos llega una versión cinematográfica de las aventuras de los niños de esa localidad.
En esa brecha abierta de la estética –y ética- del mal gusto, subrayada por directores como los hermanos Farrelly, “South Park” se une a la gamberrada de manera diligente y conspicua, logrando un producto entrañable, aunque de humor facilón y soez. La clave de la paradoja en el éxito de este film, está sin duda en la capacidad de sorpresa en el espectador que, decididamente, no espera tal desmadre en un film de animación, supuestamente para niños. ¿El argumento? Un simple y banal pretexto para poder lanzar una irreverente y divertida crítica a los cimientos del mundo y, como dijera Henry Miller, destrozarlos. Desde luego, a diferencia de la teoría de MacLuhan, aquí el mensaje no es el medio: el mensaje no es más que una enorme burla a la sociedad contemporánea norteamericana –y mundial-, aunque con un formato inesperadamente divertido.


Federico Casado Reina



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