Ficha película

Título:
Austin Powers: miembro de oro
Director:
Jay Roach
Intérpretes:
Mike Myers, Beyoncé Knowles, Michael Caine, Seth Green, Verne Troyer, Michael York, Robert Wagner, M
Calificación:
Crítica

Siempre nos quejamos de la precariedad de la cinematografía nacional frente a la norteamericana, de ir a remolque en las modas que invaden las pantallas de todo el mundo; bueno, pues por una vez –y nada honrosa, me temo- hemos ganado la partida, porque la fórmula estudiada y aplicada por Santiago Segura en la saga “Torrente” –especialmente, en la segunda parte- ha sido replicada casi exactamente por Mike Myers en la tercera entrega de “Austin Powers”. El problema es que si la modestia podía encubrir la monumental horterada que supuso “Torrente 2”, esta nueva película del más famoso agente secreto internacional del mundo, con permiso de James Bond, es tan insufriblemente chabacana y vulgar como una habitación de recién casados en Las Vegas. El presupuesto y la amistad ha conseguido cameos en el film tan inesperados como los de los mismísimos Tom Cruise, Gwyneth Palthrow, Kevin Spacey, Danny de Vito, John Travolta, Britney Spears y… ¡¡Steven Spielberg!!. Todos ellos sumados a este monumental homenaje a las películas de espías británicas de los sesenta, con más desmadre que acierto real en la comedia. Si Segura tomaba a Tony Leblanc como el padre de Torrente, Myers ha recurrido a Michael Caine –salvando las distancias-; si a Torrente le ponía banda sonora el Fary y Joaquín Sabina, Burt Bacharach sigue con sus dulzonas melodías las evoluciones del dentón y gafudo espía inglés. Un verdadero delirio aún más desenfrenado por el doblaje español de Florentino Fernández, en muchas ocasiones superando en grosería al propio Myers, que ya es difícil.
Las anteriores entregas de Austin Powers tenían cierta gracia, pero en esta ocasión, todo se ha supeditado a lo obvio, lo falto de imaginación: en su última aventura, Powers se enfrentará nuevamente al Dr. Maligno, que ha tramado un diabólico plan para acabar con la humanidad viajando al pasado y rescatando al malvado “Miembro de Oro”, un holandés amante del amarillo metal que ha inventado un arma terrible con la que atraer un enorme meteorito dorado hasta la tierra. Por si a Powers se le ocurría chafar sus planes, el criminal también secuestrará al padre del agente secreto, otro personaje en el límite de lo absurdo.
Siempre he dicho que la grosería, por muy soez que fuera, si viene acompañada de originalidad puede ser perdonada, pero lamentablemente, lo original brilla por su ausencia en esta apuesta comercial que lo único que ha conseguido es afianzar económicamente a Mike Myers en un panorama francamente desolador, donde la comedia consiste en el chiste fácil escatológico y poco más. Si encima, toda esta hilazón de bromas manidas está mal articulada en un guión lento y pesado, con personajes zafios, llegamos a un producto tan efímera y presuntamente comercial como una hamburguesa.


Federico Casado Reina



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