Ficha película

Título:
K 19
Director:
Kathryn Bigelow
Intérpretes:
Harrison Ford, Liam Neeson, Sam Spruell, Peter Stebbings, Christian Camargo, Peter Sarsgaard, Joss A
Calificación:
Crítica

En el ámbito de los galanes otoñales, aunque con mejor fortuna, a Harrison Ford le está pasando lo mismo que a Kevin Costner o Richar Gere: está tirando a todos los géneros y a todo tipo de papeles, intentando mantener su estrellato, porque ya a sus sesenta años, le coge un poco a trasmano hacer de Indiana Jones o Jack Ryan. Nombro a Jack Ryan porque resulta irónico que el que fuera el rostro visible durante mucho tiempo de un agente secreto de la CIA, ahora se convierta en el del capitán del buque insignia de la marina soviética durante la Guerra Fría.
Todas las expectativas eran las mejores: Bigelow es una interesantísima directora, con películas de culto –como “Le llamaban Bodhi” o “Los viajeros de la noche”- y otras tantas francamente interesantes –como “Acero Azul” o “Días extraños”-; desgraciadamente, su anterior film “El peso del agua”, daba un gran paso atrás en su faceta de narradora, aunque no de realizadora. Pero en este proyecto, Bigelow abordaba –nunca mejor dicho- un suceso real que acaeció en 1961, cuando un submarino nuclear de la flota rusa tuvo un serio problema radiactivo en el que murieron varios soldados y puso en peligro la vida de la tripulación entera. Sobre el papel todo es muy sugerente e interesante. Entonces ¿qué ha pasado? Pues ha pasado que el tono del film, desde el comienzo, lo que intenta potenciar es la abnegada obediencia de los militares soviéticos hacia el partido y la llamada “madre patria” –cosa que al espectador, aún siendo ruso, creo que le importa poco- amén de heroicidades varias, y por supuesto, demostrar el inquebrantable, tozudo y radical carácter del oficial al mando del submarino, sobre el que recae la responsabilidad de que la marina soviética no tenga un estrepitoso fracaso, como de hecho tuvo –aunque eso lo sabemos a día de hoy, que mientras el partido comunista gobernó en Rusia, todo fue acallado convenientemente-.
Es cierto que cuando Bigelow toma las riendas del film y se decide a hacer una película de acción, el film funciona –es decir, después de un inacabable preámbulo de más de una hora…-, pero desgraciadamente, el peso de heroicidades “a favor de la patria” hace que su resonancia no sea tan efectiva. Dentro de todas las películas de submarinos, hay que recordar indefectiblemente la mejor del género, que además tiene bastante que ver con ésta, porque “El submarino” (“Das Boot”), también plantea una fidelidad inquebrantable a un partido –el nazi- pero lo interesante de la historia son las relaciones personales que surgen en un momento de crisis. Aunque se avistan maneras de genialidad, Bigelow ha realizado una película demasiado larga, demasiado tardía en su arranque, y sobre todo, con enfebrecidas arengas nacionalistas, que no favorecen en absoluto el perfil de los personajes, que se nos hacen ajenos a cada acto “heroico” en pos del “partido”. Y en el enfrentamiento de Ford-Neeson, decididamente este último sale victorioso por goleada, tanto por su aspecto, como por su registro, mucho más creíble que el del antaño aguerrido aventurero norteamericano, Harrison Ford.


Federico Casado Reina



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