Ficha película

Título:
Scooby Doo
Director:
Raja Gosnell
Intérpretes:
Matthew Lillard, Sarah Michelle Gellar, Freddie Prinze Jr., Linda Cardellini, Rowan Atkinson.
Calificación:
Crítica

Lo mejor que puede tener una película es honestidad: ¿alguien duda por un momento qué es lo que se va a encontrar cuando va a ver una película como la que nos ocupa? Sería de ingenuos pensar que un producto netamente comercial, orientado a la nueva hornada de niños y adolescentes que no pudieron disfrutar de la desquiciada serie de dibujos animados de televisión, fuera algo más que un lujoso juguete de entretenimiento con un guión más o menos aceptable. Pues eso mismo es lo que ofrece el film, manteniendo todas y cada una de las pautas de los personajes televisivos: un grupo de amigos bastante descerebrados –desde la coqueta y simple Daphne hasta el guaperas Freddie, pasando por la intelectual Velma y los siempre hambrientos Shaggy y su perro Scooby Doo- tiene una agencia de detectives que desenmascara los presuntos casos de fantasmas y apariciones de monstruos. Pero las desavenencias personales les hacen romper su empresa, uniéndose de nuevo para enfrentarse a un nuevo caso de un parque temático donde empiezan a aparecer espectros y los adolescentes son hipnotizados y convertidos en zombies.
Ya desde el principio del film el director nos da un aperitivo de lo que la película va a ser: un desmadre. Y como tal debemos aceptarlo, cumpliendo un pacto exigido entre el espectador y lo que va a ver: si conseguimos creernos que Scooby –un perro Gran Danés que hable y que engulle todo lo que se le pone por delante- puede viajar disfrazado de mujer en un vuelo intercontinental, a partir de entonces, todo vale. Toda la sal gorda que la serie tenía –con especial referencia a la escatología varia- está plasmada casi literalmente, y resulta por menos que chocante que lo que funcionaba con dibujos animados, con imagen real también funcione, debido a la chirriante y evidente traslación de todo ese universo, llegando a crear una estética tan “camp” que resulta obvio que todo lo que vemos es una escenificación que homenajea a ese mundillo. Salvando algunas lagunas argumentales que en la serie se habrían entendido de otra manera, la película es tremendamente honesta y es ella misma como un parque temático de ese personaje canino pánfilo, divertido y zangolotino que se asustaba de su propia sombra, a pesar de su enorme tamaño, y que corría a los delgaduchos brazos de su dueño, Shaggy, cuando oía el más mínimo ruido. Y en la película todo esto está de sobra. Especial mención merece el encomiable esfuerzo de conseguir “dobles” humanos de los personajes animados –mucho mejor conseguidos que los de “El inspector Gagdet” o “Los picapiedras”, incluso- y la recreación infográfica del perro protagonista, todo un prodigio de efectos especiales generados por ordenador. Ya solo queda comprar un buen paquete de palomitas, un refresco y disfrutar –con poca exigencia- de las mismas payasadas que se emitían por televisión en los años sesenta y que si hacían gracia antaño, hoy también la hacen.


Federico Casado Reina



©2001. AndaluNet, Diseño y hospedaje de páginas Web