Ficha película

Título:
Cosas que diría con solo mirarla
Director:
Rodrigo Garcia
Intérpretes:
Glenn Close, Calista Flockhart, Holly Hunter, Cameron Diaz, Kathy Baker, Amy Brenneman, Valeria Goli
Calificación:
Crítica

El hijo del genial Gabriel García Márquez ha debutado con una película que es al cine una voluntariosa extrapolación de lo que podría el comienzo de la narrativa literaria contemporánea iberoamericana: visiones lúcidas e irónicas, elementos de realismo mágico, y la búsqueda del potencial humano en una sociedad cada vez menos solidaria y cada vez más egoísta. La parábola trazada sobre la soledad en la mujer, eje y giro de la historia, es aguda y profunda, sobre todo para ubicarse en un país como Norteamérica, donde la competitividad y el éxito parecen ser los factores primordiales para la fórmula de la felicidad.
García, que ya se ha curtido en numerosas películas como director de fotografía y guionista de la próxima “Frida” protagonizada por Salma Hayek, realizó este film hace dos años, contando con un reparto de estrellas de Hollywood que pocas veces un director novel puede tener en su cartel: Glenn Close, Calista Flockhart, Amy Brenneman, Valeria Golino, Holly Hunter y Cameron Diaz. En la suerte de unas “Vidas Cruzadas”, sólo que con resonancias exclusiva o casi exclusivamente femeninas, Garcia consigue realizar un acertado mosaico emocional con todo tipo de logros y fracasos, atenazados siempre por la soledad, que como un monstruo oculto y taimado, acecha a las protagonistas que parecen haber encontrado su estabilidad vital. Una doctora frustrada sexualmente que recurre a una adivinadora cuya íntima amiga se muere, la directora de una sucursal que queda inesperadamente embarazada, una invidente que descubre su auténtica pasión o una divorciada que empieza a enamorarse de un vecino enano son las chocantes historias de partida que se van enredando, al principio tangencialmente y luego con firme pulso, en una maraña argumentalmente casi perfecta.
Existe en el film más sensibilidad que sentido, de forma que cuando Garcia escribe algún diálogo brillante, y la actriz lo capta y lo filtra soberbiamente en su interpretación, el director tiende a recrearse en demasía en la escena, cosa por otra parte completamente perdonable a un primerizo. Quizás por esas parsimoniosas “detenciones” narrativas la película pierde algo de ritmo, pero vuelve a recuperarse con gran rapidez para englobar un mensaje tan esperanzador como dulce y tierno. No hay que resaltar la calidad de todo el reparto, donde destacan el monstruo Glenn Close, una presencia tan gélida exteriormente como turbadora en su interior o Holly Hunter, también brillante.
En cuanto a la factura, hay que poner algunos puntos negativos, ya que en varios planos la fotografía no era acorde con el buen guión planteado. De todas formas, hay que contar con que el film fue realizado hace dos años, y hasta ahora, D. Rodrigo Garcia ha evolucionado notablemente en su faceta artística y se ha convertido en un auténtico profesional de la industria del cine. La única lástima es que en este film no haya recordado en absoluto su ascendencia latina, convirtiéndose en un buen y creativo artesano del más puro estilo cinematográfico norteamericano.


Federico Casado Reina



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