Que el cine es una industria –o que intenta serlo- nadie lo duda. Tampoco dudamos que muchos avispados productores, cuando ven una mina se dedican rápidamente a explotarla, argumentando la “moda” que al público le ha dado. De esta forma, hemos tenido en nuestro país muchas variantes de esos “intentos” generalmente poco afortunados para conseguir una gran taquilla. Palabras como “Españolada”, “Landismo” u otras similares, han manchado notablemente la historia de nuestra cinematografía, a la que tenemos que añadir, desgraciadamente la “Torrentada”, subgénero establecido por Santiago Segura con su personaje “Torrente”, un policía –en realidad, expolicía- casposo, cutre, guarro y perfecto representante de lo garrulo e inculto en su máxima expresión. Si lamentable es que haya sido una de las sagas –que como el que no quiere la cosa, ya son dos las películas que se han hecho!- que más ha recaudado en la historia del cine patrio, aún más desesperante es que algunos hayan creído que van a hacerlo igual para llevarse el dinero de la misma forma.
Wyoming, al igual que su “amiguete” Segura, proviene del mundo de la televisión, actualmente con un programa de máxima audiencia, “Caiga quien caiga” y aprovechando dicho tirón, se ha erigido en protagonista de una nueva película, que ya de entrada, lleva el epígrafe de “III, y si gusta haremos las dos primeras”. Tela marinera. El popular presentador ya interpretó una versión algo más suave de este personaje hace unos años en “Tu novia está loca” de Urbizu, donde formaba pareja con Santiago Ramos. Si entonces era ridículo ver una especie de batiburrillo entre Bogart y Harry “el sucio”, ahora ya resulta de un tópico y ridículo que tira para atrás, no ya por lo poco imaginativo, sino por el tono alcanzado, apostando por una credibilidad que no existe. Si “Torrente” era un delirio, una locura –que en algunos momentos, podía llegar a tener cierta gracia debido a su inesperada y creativa procacidad- esto ya, sencillamente, no tiene nombre; mezclando el tipo de humor acumulativo, inesperado y pretendidamente irreverente de los Zucker-Abrahams-Zucker –recuerde, “Aterriza como puedas”, “Agárralo como puedas”, “Top Secret”, etc.- se incide directamente en las “gracias” menos “graciosas” que pueda imaginarse, con la escatología como bandera. Ahora es la producción catalana la que nos intenta vender un nuevo personaje que es más desquiciado, más guarro y más engreído que “Torrente”, e igual de cañí que él, sólo que en vez del Atlético de Madrid, es del Barça.
Las situaciones, el guión, las interpretaciones, el intento de fichar un “casting” de cierto prestigio –muchos actores repiten en “Torrente”- y como colofón, intentando añadir el tono más “freaky” y circense, consiguen que estemos ante un producto que lejos de hacernos reir, nos hace meditar y sufrir por la buena salud mental de algunos productores que siguen creyendo que el público simplemente, no sabe pensar.