Ficha película

Título:
Jugar Duro
Director:
Barry Skolnick
Intérpretes:
Vinnie Jones, David Kelly, David Hemmings, Ralph Brown, Vas Blackwood
Calificación:
Crítica

Cuando el visionario Guy Ritchie –el joven, británico y actual marido de Madonna- estrenó hace unos años “Snatch, cerdos y diamantes”, muchos quedamos impresionados tanto por el ritmo que tenía el film como por la mezcla audiovisual de formatos más contemporáneos. Argumentalmente también tenía su propia originalidad, al realizar una visión a los bajos fondos mafiosos de Inglaterra desde una óptica satírica y mordaz, con un punto de conexión importante al modo de Martin Scorsese en “Uno de los nuestros”, pero acaso con mucha más desvergüenza, con una memorable galería de personajes a cual más rocambolesco.
Dentro de esos personajes estaba Vinnie Jones, antigua estrella del fútbol británico que se hizo famoso por su brutalidad, llegando incluso a editar un video para formar a nuevos futbolistas, enseñándoles a realizar las faltas más crueles sin que el árbitro se percatara de ello. De esta forma, entre la amistad a Ritchie, la llegada de Jones al mundo del celuloide fue tan cacareada por la prensa como inesperadamente acertada por su registro como actor –aunque ya tenía mucha experiencia en el campo de juego-. Ahora los productores de “Snatch…” han decidido realizar un film con todos los pretendidos elementos del llamado “realismo británico”, pero intentando añadirle la poca vergüenza de las películas de Ritchie, el referente obligado de esta película. Para ello han contado con Vinnie Jones como estrella principal de una historia centrada en un futbolista profesional que tras ser ingresado en prisión, formará un equipo de presidiarios para enfrentarse a otro equipo de guardias y celadores en un partido de fútbol.
El gran problema es mezclar los tonos: por un lado vemos la crueldad de la vida carcelaria y sus referencias cruzadas al mundo de la ilegalidad, apuestas, fidelidades y peligros, por otro ese “destino común” que todos los presos participantes en el partido de fútbol tienen, acercándose a una gran hermandad a pesar de sus diferencias individuales. Todo ello está salpicado de un sentido del humor demasiado burdo, obvio, sin imaginación y predecible –que desde luego, no entiendo la presencia de tantos guionistas para una historia tan simple, mal articulada y peor resuelta-. Existe otro referente de este film, “Lucky Break”, dirigido por Peter Cattaneo –el mismo de “Full Monty”-, que centraba la acción también dentro de una prisión, sólo que aquí los reclusos participaban en una obra teatral escrita por el alcaide de la prisión. Una fórmula manida que también se utiliza de una manera bastante obvia en este film que además se apoya demasiado en un deporte tan popular como el balompié para hacernos sentir esa ficticia sensación de “hermandad” entre los protagonistas. Decididamente, tarjeta roja para el director, amarilla para el protagonista y pena máxima para los productores.


Federico Casado Reina



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