Ficha película

Título:
El regreso de la momia
Director:
Stephen Sommers.
Intérpretes:
Brendan Fraser, Rachel Weisz, Arnold Vosloo, John Hannah, Oded Fehr, Patrizia Velasquez, Dwayne John
Calificación:
Crítica

Con unas recaudaciones multimillonarias ha llegado a nuestras pantallas la segunda parte de otro éxito de taquilla de hace unos años. La revitalización del monstruo clásico de la Universal supuso un nuevo acercamiento bastante más comercial e infantil al mítico monstruo que revivía por una milenaria maldición faraónica. Aún así -todos los cinéfilos crujíamos los dientes al recordar a Boris Karloff e incluso a Christopher Lee- el público se rindió a los piés de una cinta espectacular aunque vacía, de guión pobre y aún más ridículos actores -mención especial merece Brendan Fraser, con su cara bobalicona-.

La pena es que un director como Stephen Sommers, que demostró cierto talento en “Deep Rising” parodiando, pero con inteligencia, todo el género catastrofista, ahora se ha dedicado a replicar los parámetros del cine familiar, mezclado con espectaculares secuencias de acción “limpia” -muy de moda en Hollywood, o sea, lo suficientemente “neutra” como para ser aceptada por todos los públicos-. El formato pretende replicar casi de manera exacta -arqueólogos, maldiciones y tesoros ocultos, competidores, etc.- a “En busca del Arca Perdida”, hasta el punto de intentar crear una especie de Indiana Jones más humorístico y sin ningún pretexto argumental alguno, sino con el simple objetivo -algo tópico para un héroe- de “intentar salvar al mundo”.

El guión arranca con otra nueva maldición que ya se une a la que conocíamos del sumo sacerdote Im-Ho-Tep: un mítico guerrero egipcio, El Rey Escorpión, traiciona al Dios Anubis, el cual condena al humano a una existencia terrible y a comandar sus ejércitos en un determinado momento para así ofrecerle la humanidad. Qué casualidad que sean nuestros protagonistas -una intrépida egiptóloga que ahora está casada con el membrillo de Fraser y ambos tienen un hijo aún más repelente que Maculay Culkin- los que abran la caja de Pandora para que el mundo vuelva a estar en jaque por los inmortales resucitados. Sólo que ahora todo ha sido tratado con acumulación: o sea, que si en la primera parte había una momia, ahora hay cuatro. Si en la primera parte había escarabajos carnívoros, ahora además hay pigmeos, soldados-chacales humanoides superpoderosos, oleadas de agua -antes eran de arena- y así un larguísimo etcétera con tal de sumar una vacía y falsa espectacularidad digital tan tópica como predecible.

Y en el apartado de la interpretación, obviamos cualquier comentario hacia Fraser, más empeñado en mantener su estatus económico que su valía profesional, pero contemplamos apesadumbrados como una buena actriz como Weisz -como demostró en “Enemigo a las puertas”- puede seguir haciendo esta fanfarria infográfica llena de explosiones, maquetas, y pamplinas varias más propias de un circo que de una película que se precie. Una pena.


Federico Casado Reina



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