Ficha película

Título:
El embrujo de Shangai
Director:
Fernando Trueba
Intérpretes:
Fernando Tielve, Aida Folch, Ariadna Gil, Eduard Fernandez, Fernando Fernán Gómez, Antonio Resines.
Calificación:
Crítica

No cabe la menor duda que Fernando Trueba es un magnífico director de cine: lo ha demostrado en numerosas ocasiones, demostrando tanto el dominio de la técnica, como el oficio suficiente o una gran sensibilidad. El problema que ha tenido –al igual que otros muchos realizadores- es centrarse en sí mismos: ya lo hizo con un megalítico proyecto del que salió muy mal parado, “El Sueño del mono loco” y que le supuso un estrepitoso fracaso, tanto por lo pretencioso del film, como por el nulo interés que despertó en los espectadores. En su nuevo film, se ha simplificado la pretenciosidad, pero desgraciadamente, sigue presente y en cuanto a la vigencia del producto... desgraciadamente ha caído estrepitosamente al querer contar otra historia sobre la Guerra Civil –en este caso miserable posguerra que invita a la presunta ensoñación-. Con una adaptación más o menos fiel al texto original de Marsé, Trueba realiza un guión donde se permite el lujo de homenajear al cine negro de la forma más salchichera, rodando una especie de onírica y nueva “Casablanca” pero en Shangai, donde Bogart es sustituido por un Antonio Resines con peluquín y cara de estreñido e Ingrid Bergman por una poco convincente pero siempre bellísima Ariadna Gil convertida en una china de carnaval. Y mejor que olvidemos los decorados y los “efectos especiales” del relato contado en ese “Shangai”; el argumento central de la cinta es el de un chaval en la posguerra de la Barcelona neoindustrializada, y donde un antiguo capitán republicano orienta al chico para que pinte el relato de una niña tuberculosa que es hija de la taquillera del cine, antaño potentada y que espera a su marido. Aunque es una película de encargo, y que en un principio iba a ser dirigida por Vicente Aranda, Trueba la ha convertido en suya propia, haciendo gala de su elegancia formal, pero igualmente de bastante frialdad, falta de ritmo y un barroquismo narrativo realmente aburrido.
Pero el colmo de los colmos llega con su protagonista: resulta increíble que un director que ha realizado anteriores alardes en la elección de sus protagonistas –como en “Belle Epoque”, recordemos, ganadora de un Oscar a la mejor película extranjera...- ahora elija a uno de los peores actores infantiles que jamás hayamos visto, rayando en lo ridículo, con una mirada igual de intensa que la de un pez pasado de fecha y una expresión tan atolondrada que invita a carcajearse en los momentos más intensos del guión. Con elementos propios de la clásica película nostálgica con el cine de telón de fondo –véase “Cinema Paradiso”, etc.- los personajes “sueñan” con el cine de los años cuarenta, pero el problema es que ya lo hemos visto. “El embrujo de Shangai” es como volver a ver todas esas películas, pero sin añadir nada nuevo, de una manera cansina y falta de interés.
Alguien dijo que “el pueblo que no sea capaz de recordar su propia historia, está condenado a repetirla”. Y creo que al menos cinematográficamente hablando, ya hemos vivido una y otra vez las miserias, injusticias y tropelías que se produjeron durante la dramática Guerra Civil española y sus posteriores secuelas en el pueblo –extraperlo, racionamientos, hambre, etc.-. Pero centrar una nueva película, supuestamente “comercial” en ese entorno sin añadir ningún nudo argumental más, resulta por menos que pobre.


Federico Casado Reina



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