Ficha película

Título:
The Majestic
Director:
Frank Darabont
Intérpretes:
Jim Carrey, Martin Landau, Laurie Holden, Allen Garfield, Amanda Detmer, Bob Balaban.
Calificación:
Crítica

Todos los amantes del cine hemos tenido siempre el referente de la producción norteamericana de los cuarenta en nuestro inconsciente como modelo de míticos personajes, historias desgarradoras, universos en blanco y negro llenos de pasión y emociones. La llamada “época dorada de Hollywood” también ha servido para realizar revisiones más o menos acertadas de la ensoñación de un “mundo perfecto” que se intentaba reflejar antes y después de la Segunda Guerra Mundial –años cuarenta y cincuenta- tanto fuera como dentro de las pantallas. Y por supuesto, toda la iconografía del universo del celuloide, amplificada como tejido de las ilusiones de varias generaciones han sido la piedra angular de cinéfilos de pro en la realización de sus películas, homenajeando a Huston, Hawks y por supuesto, a Frank Capra. Dicha “nostalgia” también ha servido para que algunas cintas europeas más o menos “tramposas” y de “lágrima fácil” como “Cinema Paradiso” de Tornatore o “Splendor” de Scola nos sitúen en un brete emocional con el antes mencionado “cine dorado” de fondo, recordando cada gesto, cada beso, cada mirada de personajes como Cary Grant, Katharine Hepburn, Humphrey Bogart o Barbara Stanwyck.
Por ello casi resultaba imperioso que Hollywood contraatacara a la producción europea con una iniciativa propia, que ha llegado de la mano de Darabont, un ortodoxo pero brillante artesano que ha sabido conjugar buena parte de la ampulosidad contemporánea en la dirección norteamericana con las estructuras clásicas de Hollywood en filmes como “Cadena perpetua” y con menos acierto en “La milla verde”. En “The majestic”, su siguiente film y el que nos ocupa, sigue tamizando todo el mensaje con algún que otro elemento casi mágico, jugando con los sueños e ilusiones de sus personajes, tan sencillos en sus vidas como en sus anhelos: Peter Appleton es un exitoso guionista que trabaja en los grandes estudios de Los Angeles y que es acusado de comunista en la llamada “caza de brujas” del Maccarthysmo de los cincuenta. Amargado y viendo su prometedor futuro destrozado, decide emborracharse y tiene un accidente con su descapotable perdiendo su memoria. Al despertar, llega a un pueblecito donde le confundirán con un antiguo héroe de guerra que en realidad, era el hijo del dueño del cine local, el “Majestic” que tiene prevista su próxima apertura...
Encomiable ha sido la tarea de Carrey, que ha conseguido hacernos olvidar definitivamente su habitual histriónico registro. Una interpretación contenida de la que Darabont saca partido para articular un drama bien contado y de ritmo pausado. Aunque en algunos momentos la atención decaiga y huela tan rancio como el cine que ha estado diez años cerrado, se consiguen desempolvar todos los recuerdos, homenajeando una época tan bonita e inocentemente cándida como el cine que nos ha hecho disfrutar toda la vida y que sigue siendo el auténtico vínculo con los sueños del espectador, pasen los años que pasen.


Federico Casado Reina



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