Ficha película

Título:
Hable con ella
Director:
Pedro Almodóvar
Intérpretes:
Leonor Waitling, Darío Grandinetti, Javier Cámara, Rosario Flores, Elena Anaya, Geraldine Chaplin.
Calificación:
Crítica

Sentía yo una desazón considerable cuando veía que después de “Átame”, el agudo genio del más rompedor cineasta español de los últimos tiempos, Pedro Almodóvar, se había estancado: parecía que ya había contado todo lo que podía contar, que no tenía más que decir, repitiéndose de manera cansina y regalando fáciles tópicos sobre sus propias características como creador. Y conservaba buena parte de esperanzas en que a cada nueva película, el director añadiera nuevas cosas a su discurso. Pero no sucedía. El único tímido intento fue el realizado en “Carne Trémula”, al utilizar un texto de Ruth Rendell para una película finalmente fallida por la engolada endogamia artística y visual de este indiscutible “divo” del cine mundial. Por eso cuando vi las imágenes de “Hable con ella”... sentí un especial escalofrío, vislumbrando un nuevo nivel de complejidad en su obra.
Y así ha sido: sin dejar de traicionar todos sus clásicos elementos argumentales –cierta misoginia, las notas de comedia ácida y arrabalera, los inesperados nudos argumentales que se tornan divertidos o dramáticos de golpe...- Almodóvar ha sumado una factura cercana al mayor espectáculo artístico jamás visto en su cine, y de rondón, en todo el cine español. No se trata de espectaculares fuegos artificiales sin sentido, sino de solapar a la perfección una estética y una factura con un argumento ideal en su forma y en su fondo. La verdadera sinfonía se compone en un elegante y delicado collage lleno de densidad dramática, tan turbadora como original, que además tiene una elegancia formal rayana en la perfección.
Como no podía ser de otra forma, el guión del film tiene un punto rocambolesco, pero a diferencia de sus últimos proyectos, posee una justificación argumental para mostrar los personajes y sus pequeños y particularísimos trozos de vida: Benigno está enamorado secretamente de una bailarina a la que ve cada día desde la ventana de su casa. Cuando la chica queda en coma, el chaval –que estudió enfermería para cuidar a su madre- entra a trabajar en la clínica donde ha sido ingresada para cuidarla. Paralelamente, Lidia es una torera que también queda en coma tras una corrida y un periodista argentino con el que mantiene una relación muy especial también irá a cuidarla... encontrándose con Benigno. La intersección de ambas historias genera un potencial dramático tan rico y tan complejo que resulta toda una experiencia asomarse a ellas. Volver a destacar la exquisita factura de la cinta, todo un prodigio de buen gusto, desde la fotografía de Aguirresarobe hasta una vibrante y armoniosa banda sonora de Alberto Iglesias, que además cuenta con el lujazo de la guitarra de Vicente Amigo y una impresionante participación de Caetano Veloso. Y en cuanto a los actores, Almodóvar sigue demostrándonos su celo profesional con un trabajo impecable de todos, donde destacan los dos protagonistas –que para variar, son masculinos-: un sensible y emotivo Darío Grandinetti y un sencillamente perfecto Javier Cámara, que parece haber sido concebido como actor para el director gallego. En definitiva, una de las mejores películas de Almodóvar en toda su carrera por la que se hubiera merecido mucho más justificadamente todo el reconocimiento internacional.


Federico Casado Reina



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