Ficha película

Título:
Lucky Break
Director:
Peter Cattaneo
Intérpretes:
James Nesbitt, Olivia Williams, Timothy Spall, Bill Nighy, Lennie James, Ron Cook.
Calificación:
Crítica

Algunos dicen que el cine británico está de capa caída, y lo de la capa no crean que lo dicen por Shakespeare y sus personajes teatrales y literarios, sino más bien porque la “renovación” que está operando en el resto de la cinematografía europea parece que se resiste en entrar en el cine realizado en la Gran Bretaña. Igual que ellos, los ingleses, circulan por la izquierda y dicen que los demás son los que se equivocan, parece que su cine se ancla en caducas revoluciones que no hacen otra cosa que recordar mejores tiempos; a finales del propio siglo XX, este mismo director logrón con “The Full Monty” un éxito sin precedentes dentro de la producción de ese país, por cuanto realizó un sólido retrato de la sociedad actual con no poca sorna y un sentido del humor tan ácido como sorprendente, en muchos casos. Otro “revolucionario” de la producción inglesa fue Danny Boyle que con “Trainspotting” consiguió otra mirada lúcida a otra realidad no menos preocupante, la de las drogas. Y si ya contamos con Ken Loach y su vertiente “realista” del cine, ya tenemos el mosaico completo, mosaico que, por cierto, se ha quedado algo enquistado.
Mientras que el texto de Simon Beaufoy lograba en “Full Monty” enternecer al espectador, con la historia de los parados que son capaces hasta de desnudarse con tal de salir de sus propios atolladeros, el guión de Ronan Bennett para “Lucky Break” intenta conmover con los mismos elementos, pero no lo consigue: de momento, ahora los protagonistas no son parados, sino sencillamente los ladrones de bancos más torpes del mundo, y claro, cuando llegan a la cárcel intentan fugarse por todos los medios, como era de esperar. Mientras que el guión de “Full Monty” trazaba personajes ricos, llenos de matices –véase el de Robert Carlyle, un padre separado y parado, pero amante de su hijo y capaz de lo que sea, pero sin un duro, o el capataz de la fábrica, con una ficticia vida acomodada que no sabe cómo mantener-, en “Lucky Break” todo es en blanco y negro, careciendo de grises: ahora todos son o muy buenos y muy simpáticos –y la mayoría de las veces, muy tontos-, o bien muy pero que muy malos y abyectos y sin un ápice de simpatía. ¿Es que no se ha dado cuenta Cattaneo y su nuevo guionista que en el teatro británico, precisamente, es donde hay mayor número de personajes con matices? ¿acaso el príncipe Hamlet de Dinamarca es un personaje unidireccional? Evidentemente, no, y al parecer todos esos elementos que tanto han engrandecido al cine inglés han brillado por su ausencia y Cattaneo se los ha pasado por el forro...de la chaqueta, olvidándose de ellos miserablemente.
El resultado es, pues, un producto con algunos destellos de innegable talento, pero incapaz de conectar y conmover a la postre, debido a lo prosaico y al lento y deficiente ritmo que el guión y el director han impreso en una película decididamente fallida.


Federico Casado Reina



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