Ficha película

Título:
Monstruos, S.A.
Director:
Peter Docter, David Silverman, Lee Unkrich.
Intérpretes:
(en las voces originales): John Goodman (Sulli), Billy Crystal (Mike Wazowksi), Mary Gibbs (Boo), St
Calificación:
Crítica

El actual buque insignia de la Disney, o al menos la única biela de su bien engrasado mecanismo que a día de hoy no le ha fallado, la Pixar - capitaneada por John Lasseter- ha actuado nuevamente para salvar la crisis creativa y económica del gigante de la animación, cuyas películas han peligrado frente a la compañía Dreamworks –de Steven Spielberg- que se la ha merendado con únicamente dos incursiones en el cine digital –“AntZ” y “Shrek”-; la nueva apuesta supone explotar toda la tecnología que Lasseter utilizó en las dos películas de “Toy Story” para realizar un producto igualmente atractivo, pero que intente recuperar el público infantil perdido tras los resultados de “El emperador y sus locuras” o “Atlantis”. Y han cometido prácticamente el mismo fallo que en “Bichos”: a base de intentar crear personajes entrañables y argumentos que viajen en el inconsciente colectivo de los más pequeños, han realizado una película de impecable factura y técnica inigualable pero han cometido un gran error: reducir argumentalmente el guión a la mínima expresión y plagarlo de espectaculares imágenes y persecuciones, a la vez que de situaciones pretendidamente “divertidas” y entrañables.

Otro de los grandes problemas de la película es entrar en la historia, todo un esfuerzo de imaginación –que no se comprende demasiado para un equipo tan numeroso de guionistas-: resulta que en “Monstruópolis” hay una crisis, porque los niños ya no se asustan de nada y los monstruos que hacen gritar a los chavales, no saben que hacer. El contacto humano está estrictamente prohibido y... Con este argumento –más propio de un cuentecito infantil barato que de una producción Disney con cierta enjundia- llega a aburrir considerablemente, aunque, repito, tenga algunas secuencias y personajes con bastante gracia y capacidad de enternecer. En cuanto al ritmo interno del film, está ideado como una atracción de sus parques temáticos, es decir con grandes altibajos que nunca mantienen un grado constante de interés y que sólo pretenden efectismos visuales generados por ordenador –verdaderamente espectaculares, pero vacíos de contenido, en la mayoría de los casos-.

Desgraciadamente, si lo que querían era una película de animación que les sacara las castañas del fuego, lo único que han conseguido es una monumental nana para que los monstruos, en vez de asustar, consigan dormir a los más pequeños con sus tiernas y esponjosas manazas, su sonrisa bobalicona y sus arrulladores gruñidos. Buenas noches, señor monstruo.


Federico Casado Reina



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