Ficha película

Título:
K-Pax
Director:
Iain Softley
Intérpretes:
Jeff Bridges, Kevin Spacey, Mary McCormack, Alfre Woodard, David Patrick Kelly, Saul Williams.
Calificación:
Crítica

En el mercado de Hollywood, muchas son las películas en las que los personajes con algún tipo de “disfunción” física o mental han triunfado, desde “Forrest Gump” a “Rain Man”, pasando por el pintor de “Mi pié izquierdo”. Dichos personajes, aportaban una visión “alternativa” a la sociedad occidental, recogiendo el testigo de muchos elementos humanos que desgraciadamente, se pierden entre los segmentos contemporáneos de competitividad, ambición y un mal llamado progreso. Quizás por ese planteamiento tan natural y solidario –no ya para con ellos, algo evidente, sino del que nace de ellos mismos- venga la fijación de los miembros de Hollywood. Y por supuesto, el hecho de buscar inteligencia extraterrestre es quizás otro elemento importante dentro de la cultura occidental, que obsesiona a muchas personas que creen firmemente en la vida fuera del planeta tierra.
Combinando estos elementos, se publicó una novela que fue un verdadero “best-seller” y que ahora, como no podía ser de otra forma, se ha convertido en una película. Cinematográficamente hablando, el film tiene los referentes obligados de “Alguien voló sobre el nido del cuco” y “Starman”, en una extraña, pero funcional mescolanza: un eminente psiquiatra recibe a un singular paciente en el hospital psiquiátrico de Manhattan. El peculiar sujeto dice llamarse Prot y ser un alienígena del planeta K-Pax, estando de visita en nuestro mundo.
Con este argumento, el joven realizador de “Backbeat”, Iain Softley, se vale de dos carismáticos actores como Jeff Bridges –que curiosamente, era el protagonista de “Starman”- y Kevin Spacey para recrear el enfrentamiento entre la razón y la humanidad, entre lo racional y lo emocional. El sugerente argumento se solidifica en varias secuencias bien construidas, pero que a la hora de vertebrarlas no se ha conseguido con el acierto esperado, abundando los baches narrativos en muchos momentos donde el film se convierte en pesado.
En el capítulo visual, merece la pena señalar todas las metáforas que se crean con la luz, las sombras y los reflejos –muy importantes en el guión de la película-, todos ellos al servicio de unas acertadas parábolas de la “iluminación” sobre la auténtica verdad. No cabe la menor duda que Spacey sale ganando en el duelo interpretativo, aunque también el director ha sabido contar con excelentes secundarios para la cinta. Quizás el mayor problema sea un montaje algo deficiente y tópico, que aunque argumentalmente tenga una correlación, supone una bajada considerable del ritmo general de la película.
En definitiva, una película que aunque tiene muchos elementos positivos, le pierde el deseo de gustar a toda costa, así como una manifiesta inexperiencia por parte del director, que deja escapar las riendas del film y que los espectadores se distraigan en muchos casos.


Federico Casado Reina



©2001. AndaluNet, Diseño y hospedaje de páginas Web